La selección peruana de fútbol dio por finalizada su participación en la Copa América 2021 entre perfumes y esencias aromáticas, con candor y alusivas frases de elogio por el buen cometido aunque faltó colocar la careza al pastel en el último tramo.
Se dirá que la medalla de bronce debió ser nuestra pero en el fútbol más tarde que temprano los resultados pasan a ser simples números y quedan en el recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
Lo mejor en todo caso es que Perú amplió su universo de jugadores. Ricardo Gareca tuvo claro que el principal motivo de la participación en la Copa América era para utilizarlo como colador para que los más aprovechados pasaran el filtro de suficiencia.
Giancarlo Lapadula, Marcos López, Martín Távara, Jhirmar Lora, Alex Valera, Santiago Ormeño obtuvieron el pasaporte para subirse a la nave que en adelante deberá utilizar el carril que conlleve a sacar los pasajes para Qatar 2022.
También resultó valioso que el equipo agregue a su fútbol dosis de entrega y sacrificio como el que brindaron en el empate ante Ecuador 2-2 cuando el partido lo teníamos en la pendiente y poco faltó para rodar por el precipicio.
Tampoco podrá decirse que el control de suficiencia fuera un sorbo de excelencia cuando bien se apreció que la defensa fue el `punto débil, y que algunos jugadores no tuvieron parejo rendimiento.
Christian Cueva erró un penal en la tanda de los disparos desde los once metros contra Paraguay en el pase a semifinales y en el partido contra Colombia por el tercer puesto ‘Aladino’ tuvo una somnolencia que costó el gol de Juan Guillermo Cuadrado.
André Carrillo tuvo una buena Copa América pero en diversos pasajes, especialmente el último ante los cafeteros, se acercó al Carrillo que creíamos estaba desterrado. Pases equivocados, no fue el extremo que puso en aprietos a las defensas y acabó como uno de los puntos bajos.
Gareca debe tener todo esto claro. Sin embargo a Cueva le soporta todo. No tenemos un jugador de sus características, habilidoso e inteligente y por ello vamos a tener que verlo en todo el proceso a Qatar 2022.
Lo mismo pasa con Carrillo, excelente jugador, pero cuando la apatía le gana la pulseada, la ‘Culebra’ se pierde en el vacío y su aporte no trasciende.
En suma, buena Copa América de Perú, con algunos dientes aflojados pero con mordeduras de gloria. Allá vamos a Catar 2022. (Hugo Laredo Medina).