Tener más del 80% de desaprobación ciudadana de acuerdo a varias encuestas, es algo que no les interesa a los integrantes del Legislativo, que se dedican al despilfarro de recursos públicos sin ningún tipo de control.
Un reportaje de un programa dominical dejó en evidencia lo que algunos legisladores han gastado en obsequios y decoraciones para sus despachos.
Jorge Montoya, el cuestionado portavoz de Renovación Popular, dispuso en diciembre del 2022 que se desembolse S/ 3,957 con el fin de comprar 236 medallas para entregar a una promoción del colegio Néstor Escudero del distrito de San Juan de Lurigancho, porque él era padrino.
Al ser cuestionado de por qué no utilizaba su salario para comprar la adquisición, refirió que no era una actividad personal, sino de representación que hace como miembro del Parlamento.
Otro de los involucrados en este nuevo escándalo es Guillermo Bermejo, legislador por Cambio Democrático-Juntos por el Perú. Según el reporte, el despacho del congresista solicitó que se compre flores decorativas a un exorbitante monto de S/ 1,500.
Al respecto, el parlamentario, respondió Bermejo con sorpresa e incomodidad: “Han sido cosas que han determinado los trabajadores del despacho y habrá que corregir. (…) No pensé que 5 maceteros estaban a ese precio”.
Hamlet Echeverría también ha sido cuestionado porque solicitó dos mil bolígrafos personalizados para regalar y que el Congreso tuvo que pagar S/ 2,300. “Desconozco”, respondió con agresividad este congresista cuando fue consultado.
En informe también indica que el parlamentario Segundo Quiroz pidió una medalla nueva que costó S/ 1,100. Cuando fue abordado, brindó una insólita explicación. “Cuando vamos a algunos lugares se nos ensucia. Claro, eso”, manifestó.
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