Más de medio millón de peruanos son adictos al tabaco y, en la actualidad, cada vez más mujeres fuman desde los 12 años de edad, exponiéndose a cerca de 50 enfermedades asociadas a esta práctica, informó la Liga Contra el Cáncer en el marco del Día Mundial del No Fumador, a celebrarse el 31 de mayo.
Precisó que las mujeres fumadoras están expuestas a casos de envejecimiento prematuro, osteoporosis, hijos con retardo de crecimiento, infertilidad o partos prematuros, además de riesgo de desarrollar cáncer de pulmón, cuello uterino, mama y problemas cardiovasculares.
Fumar durante el embarazo modifica el ADN del feto https://t.co/23WQHMOH6J pic.twitter.com/NxxnluanzY
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A corto plazo:
Mala apariencia: humo de tabaco causa mal olor en la ropa y cabello, manchas en los dientes, mal aliento, labios resecos, manchas blancas, llagas y sangrado en la boca.
Aumenta la presión arterial: la nicotina aumenta la contracción de los vasos sanguíneos pues es necesaria más fuerza para que la sangre se mueva por conductos más estrechos, lo cual causa que se eleve la presión arterial.
Disminuye el rendimiento físico: reduce la capacidad de inhalar oxígeno, esto afecta directamente el rendimiento en la práctica del deporte.
Expertos aseguran que la meditación ayuda a dejar de fumar https://t.co/kmFgKFZfn3 pic.twitter.com/716vEJX3UV
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A largo plazo:
Envejecimiento prematuro: algunas consecuencias visibles del consumo de cigarrillos son la falta de brillo en el rostro, ojeras, dientes amarillos, mal aliento y arrugas profundas. El cabello se vuelve quebradizo y las uñas se debilitan. Además, favorece la aparición de líneas y surcos profundos en el contorno de los labios.
Infertilidad en las mujeres: los químicos presentes en el humo de cigarrillo aceleran la pérdida de óvulos. Esto significa que la menopausia ocurre entre 1 y 4 años antes en las mujeres que fuman (en comparación con las que no fuman). Las mujeres fumadoras no conciben tan eficientemente como las no fumadoras. El riesgo de sufrir problemas de infertilidad aumenta con la cantidad de cigarrillos que la persona fuma por día.
Enfermedades cardiovasculares: infartos al corazón, hipertensión arterial y hemorragias cerebrales.
Ocasiona abortos: la acción de fumar aumenta el riesgo de aborto, partos prematuros, complicaciones durante el embarazo para la madre y bebé. En el peor de los casos podría generar una muerte súbita del recién nacido.
Cáncer de pulmón: la exposición crónica a sustancias cancerígenas a través del consumo de cigarrillos puede permitir lesiones, las cuales pueden disminuir la capacidad reparadora de las células de defensa, desarrollando el cáncer de pulmón.
Cáncer de cuello uterino: los cigarrillos contienen químicos que dañan la estructura genética (ADN) de las células del cuerpo. Estudios realizados en mujeres fumadoras han demostrado que el moco cervical (sustancia que reviste el cuello del útero) tiene sustancias del humo de tabaco, las cuales pueden aceleran el desarrollo del cáncer entre 3 a 7 años en las mujeres que ya tienen la infección del virus de papiloma humano.
Otros tipos de cáncer: además de los mencionados cánceres, el consumo excesivo de tabaco desencadena en otras neoplasias como cáncer de mama, boca, lengua, laringe, garganta, esófago, riñón, vejiga, páncreas, entre otros.
Fumar podría aumentar el riesgo de desarrollar esquizofrenia https://t.co/7PW9xIbN1P pic.twitter.com/aCdSznwMKp
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¿Qué hacer?
El primer paso para dejar de fumar es tener la voluntad de dejar el hábito. A demás de acompañar el proceso con el tratamiento con médicos especialistas, psiquiatra y nutricionista.
Realizar actividades saludables que ayudaran a eliminar las ansias de fumar como: practicar deporte, leer, salir a caminar y otras actividades que permitan despejar la mente.
Para evitar el cáncer de cuello uterino en las mujeres fumadoras, es recomendable la vacunación contra el virus de papiloma humano desde temprana edad, pues el hecho de protegerse contra este virus, hará que existan menos posibilidades que el tabaco incremente el riesgo de desarrollar el cáncer de cuello uterino.
Se recomienda a los padres a suspender la predisposición de sus hijas al humo del cigarro, es decir, evitar fumar cerca de ellas. Se debe educar a los hijos desde temprana edad y mostrarle otras formas de diversión y entretenimiento saludable que no comprometan su salud.
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