NACIONES UNIDAS.- El Consejo de Seguridad de la ONU expresó este martes su preocupación por la escalada de la violencia en Afganistán a raíz de la ofensiva militar lanzada por los talibanes y urgió a los insurgentes y al gobierno a negociar.
En una declaración consensuada por los quince Estados miembros, el Consejo de Seguridad pidió a las dos partes trabajar en un “proceso de paz inclusivo” que logre “progresos urgentes hacia una solución política y un alto el fuego”.
Según el texto, el objetivo en Afganistán debe ser un “arreglo político inclusivo, justo y realista para acabar con el conflicto”, en el que debe haber una “participación sustantiva de las mujeres”.
Sobre la situación actual, el máximo órgano de decisión de Naciones Unidas reclamó una “reducción inmediata de la violencia” y expresó su preocupación por las informaciones de abusos de los derechos humanos, condenando los ataques contra civiles y contra personal de la organización.
En concreto, los miembros del Consejo de Seguridad “condenaron en los términos más duros el deplorable ataque contra la base de Naciones Unidas en Herat” que tuvo lugar el pasado viernes y que le costó la vida a un guardia de seguridad.
El ataque fue uno más de los numerosos que se están produciendo estos días, en un momento de especial inestabilidad en Afganistán, después de que el inicio de la retirada final de las tropas extranjeras del país, el pasado 1 de mayo, desencadenó una ofensiva sin precedentes de los talibanes.
En los últimos tres meses los insurgentes han logrado capturar alrededor de 125 centros de distrito, el mayor logro en dos décadas de guerra, y mantienen asediadas varias capitales provinciales, como las meridionales Kandahar y Lashkargah, y la occidental Herat.
Ante esta situación, el Gobierno afgano anunció hoy que «en los próximos días» buscará en dos conferencias en Doha el apoyo decisivo de la comunidad internacional para intentar lograr una solución política con los talibanes y el fin de la guerra. EFE