CIUDAD DE MÉXICO.- Las nuevas revelaciones de lavado de dinero en un departamento de la Santa Sede en el periodo de 2000 a 2011, no es un tema novedoso, pero sí una respuesta diplomática por parte del papa Francisco ante los ataques de sectores conservadores de la Curia Romana ligada al Opus Dei, aseguró a Excélsior Bernardo Barranco, experto en temas religiosos.
Esos sectores que solían disputarse el poder, por un lado los vinculados a la Curia de Juan Pablo II y por el otro a la de Benedicto XVI, y que provocaron el fenómeno de VatiLeaks, donde se hicieron públicos muchos documentos internos de la oficina del Pontífice, no están de acuerdo con temas: como el de los gays, las cuestiones sobre la familia, una mayor apertura al tema de la pobreza y la crítica al sistema económico, destacó Barranco.
La diferencia ahora es que estos dos grupos no están luchando por el poder, más bien se han unido frente al progresismo del papa Francisco”, añadió.
Los ataques a los que Barranco hace referencia son la filtración del borrador de la encíclica del Papa sobre el medio ambiente en junio pasado y la difusión de una supuesta enfermedad en el cerebro.
Ahora con meter a la cárcel (a quienes filtraron información) y denunciar un complot, internamente está mandando señales de autoridad” para con ello salir fortalecido.
Probablemente lo publicado por la agencia Reuters es una medida por parte del Papa para adelantarse a la información que pueda traer el libro Viacrucis del periodista Gianluigi Nuzzi, el cual saldrá a la venta en próximos días, y con ello buscar esos datos no aparezcan como exclusiva, puntualizó.
Esa investigación interna es parte de una iniciativa del papa Francisco que otorga a las autoridades financieras del Vaticano poder para seguir la pista de posibles irregularidades, lo que desautoriza a algunos cardenales en la gestión de las finanzas.
Bajo su mandato el Vaticano ha dado más poder a su Autoridad de Inteligencia Financiera, designando a su primer auditor general y estableciendo un nuevo ministerio para supervisar las actividades económicas de todos los departamentos.
La reforma de la Curia no es un mandato u ocurrencia que tiene el Papa es un mandato de los cardenales y ese fue el tema de las congregaciones (reuniones previas al cónclave) cuando lo eligieron.
De acuerdo con Barranco, hay una descomposición de un sector de la Curia en el manejo de recursos aliándose al lavado de dinero, mafias y manejos turbios de los fondos y eso “es una de las grandes vulnerabilidades que tiene el Vaticano, mas no Francisco porque él está del lado de los buenos queriendo subsanar todo esto”.
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