Si un total de 4 millones 198 mil 100 turistas recibió nuestro país en el 2018 y que, este año que se termina se espera haya habido un incremento de 10,6% frente al año anterior, según el Perfil del Turista Extranjero (PTE) 2018 elaborado por la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (Promperú), con el solo anuncio de que la gran final de la Copa Libertadores entre River Plate y Flamengo se jugará este 23 las cifras tanto de turistas como de ingresos económicos se irán a las nubes.
Por lo pronto, pasadas 18 horas de conocida la noticia, el presidente de la Cámara Nacional de Turismo (Canatur), Carlos Canales anunció hoy que el turismo receptivo ha calculado que la sola presencia de aficionados argentinos y brasileños y de otras nacionalidades generarán ingresos de 50 a 60 millones de dólares considerando que cada uno de ellos -en los tres días que permanecerán en Lima- realizará un gasto per cápita de 1,500 a 2 mil dólares distribuidos en pagos de pasajes en avión, alojamiento, comida, transporte y entretenimiento. Se tiene previsto que alrededor de 25 mil personas aficionadas y no al fútbol llegarán a Lima para ver este único partido por el título de la Libertadores y que está fijado para las tres de la tarde en el estadio Monumental de Ate. Canales se mostró optimista que ese número de 25 mil puede crecer porque nuestra capacidad hotelera así lo admite. Puso como un claro ejemplo que para los Panamericanos Lima 2019 llegaron 40 mil turistas y que no hubo problema en ese rubro.
La Copa Libertadores en Lima: Chile lamenta decisión de la Conmebol
De ese número de 25 mil aficionados extranjeros ya la Conmebol (Confederación Sudamericana de Fútbol) ha dispuesto se distribuyan en un número de 12,500 para cada equipo, es decir argentinos y brasileños. De las entradas restantes 20 mil irán al público nuestro y 10 mil para los auspiciadores de la Copa Libertadores. Hay que considerar que el Monumental de Ate tiene una capacidad de 80,093 distribuidos en 58,577 en las tribunas y 21,516 en los palcos y suites que, pese a ser dueños pagarían como ocurrió cuando se presentó Paul Mc Cartney.
Mario Fernández