VALLADOLID/España.- Para el cineasta peruano Javier Corcuera, premio Goya en 2007, las protestas en varios países vecinos como en Chile o Ecuador tienen un mismo denominador común: el «neoliberalismo«, que está haciendo «reventar» al pueblo suramericano contra un «modelo injusto» que puede derivar en una «primavera» al estilo árabe.
Precisamente, un «símbolo contra las injusticias sociales» es el que ha llevado a la gran pantalla en su última obra «El viaje de Javier Heraud«, presentada fuera de Perú en la 64 Semana Internacional de Cine de Valladolid (España) narra la «corta pero intensa vida» de este poeta-guerrillero, desgrana en una entrevista con Efe.
«Heraud es un símbolo para las jóvenes y para un país. Fue un gran poeta que murió joven y siempre coherente con las ideas que defendía», destaca Corcuera del protagonista de su filme, que ha cosechado una gran acogida en su país natal y que ahora quiere reeditar en España, donde también existen historias análogas como las de Federico García Lorca a las que «la memoria trata de rescatar».
Es por este motivo por el que, aunque haya pasado ya más de medio siglo desde que este poeta muriera con 21 años a orillas del río Madre de Dios, su figura «sigue más viva que nunca», pues «sus ideas y sus motivos para luchar no murieron con él».
Y es que 56 años después de que Heraud muriera cosido a balazos, Perú «sigue en una situación muy difícil y con grandes desigualdades sociales«.
«Todos sabemos que el dueño que tiene la llave/ el único dueño/ no es de los nuestros», escribió en su poema ‘Mi país’ Heraud en los sesenta y ese es precisamente, según Corcuera, el problema que siguen teniendo muchos países suramericanos, que quien manda y gobierna «lo hace para unos pocos y no para el pueblo».
Por este motivo, el cineasta de Lima cree que la sociedad actual necesita a gente como Heraud «comprometida y valiente», para hacer frente a problemas universales como el cambio climático o las desigualdades sociales, pues «el mundo cambia en cuanto das un paso adelante y no siempre para bien».
Como un río, título de su primera obra, Heraud tuvo la «clarividencia» del que sabe que va a morir joven, por eso no escatimó en vivir dos vidas en una y a sus 20 años ya cruzó el charco, escribió seis obras y viajó a Cuba para estudiar cine, donde se enroló en la guerrilla para volver al poco tiempo a su Perú para encontrar la muerte.
Por todo ello, este viaje de Javier Heraud es también la reconstrucción de la memoria de un poeta que es un «símbolo nacional peruano digno de exportar», de ahí que, aunque muriera joven y hace ya más de 55 años, Javier Heraud y su obra estén de nuevo de viaje.
EFE/wikipedia.org