PARÍS.- El número de personas hospitalizadas en Francia por coronavirus siguió descendiendo este jueves, en línea con la tendencia de las últimas semanas, y también bajó el número de muertos registrados oficialmente, por segundo día consecutivo.
La Dirección General de Sanidad indicó en un comunicado que en las últimas 24 horas hubo 44 muertes, tras las 81 del miércoles, con lo que suman 29.065 defunciones desde que se inició esta contabilidad el 1 de marzo.
En los hospitales hay 13.101 internados por la COVID-19, lo que significa 413 menos que la víspera. Esa cifra está lejos del pico de casi 32.300 de principios de abril.
Además, los casos más graves que están siendo tratados en las ucis también han disminuido en 47 personas en un día. Son en total 1.163, netamente por debajo de los 7.148 cuando se alcanzó el máximo el 8 de abril.
Todavía es pronto para evaluar un posible impacto en estas estadísticas del paso el pasado martes a la segunda fase de la desescalada en Francia.
En esa fase ya no hay límites a los desplazamientos dentro de Francia (en la primera eran de 100 kilómetros) y, entre otras cosas, han reabierto los bares, cafés y restaurantes tras dos meses y medio de cierre administrativo por la epidemia.
El Consejo Científico que aconseja al Gobierno ha elaborado, en un informe divulgado este jueves, cuatro escenarios posibles a partir de la situación epidémica actual con los que se intenta evitar en lo posible un nuevo confinamiento generalizado, lo que a su parecer necesita elaborar ya un plan de prevención y otro de prevención reforzado.
El primero, el más favorable, es el de una epidemia bajo control con focos localizados.
El segundo supondría la aparición de focos «críticos» que podrían hacer temer una pérdida de control de las cadenas de contaminación y exigirían medidas estrictas, precoces y localizadas. El Consejo Científico lo considera «probable» en las próximas semanas, por lo que se ha visto en Alemania o en algunos países de Asia.
El tercero sería el de una resurgencia progresiva y silenciosa de la epidemia sin que las cadenas de transmisión pudieran ser identificadas, lo que necesitaría medidas estrictas que podrían limitarse a las regiones más afectadas si los indicadores lo permitieran. En caso contrario, habría que aplicarlas a escala nacional.
En el último escenario, lo que se produciría sería un descontrol del la epidemia que conllevaría «decisiones difíciles»: habría que optar entre un nuevo confinamiento nacional generalizado para contener la mortalidad directa y «otros objetivos colectivos, económicos y sociales, ante una importante mortalidad directa». EFE