PEKÍN.- China prohíbe desde la medianoche de este viernes la entrada de extranjeros al país aunque tengan visados y permisos de residencia en regla, una controvertida medida que refuerza el blindaje del país para evitar una segunda oleada de COVID-19 ante el continuo goteo de casos «importados».
En lo que va de semana, estos casos han pasado de los 39 anunciados el lunes, a los 74 del martes, los 47 del miércoles, los 67 del jueves y los 54 de hoy. Alcanzan casi 600 en total.
A este anuncio se suman nuevos límites a los vuelos que los ciudadanos chinos podrán tomar para regresar a su país: las aerolíneas locales sólo podrán operar un único vuelo al extranjero a cada país por semana, mientras las extranjeras solo podrán mantener una ruta aérea a China con un vuelo por semana, decretó anoche la Administración de Aviación Civil de China (CAAC).
La CAAC también pide a las aerolíneas que presenten solicitudes con anticipación para establecer sus rutas, y prevé «medidas más estrictas» en los vuelos entrantes y salientes del país.
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El país ha vuelto a echar mano de una medida drástica para evitar el rebote, lo cual no deja de ser controvertido: el pasado 4 de febrero, cuando el coronavirus prácticamente sólo azotaba a China, la cartera de Asuntos Exteriores insistía en que el país podía controlar el brote y que no eran necesarias prohibiciones de entrada a otros países de ciudadanos chinos.
«La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dejado claro que no recomienda e incluso se opone a restricciones de viajes contra China», dijo entonces la portavoz de Exteriores Hua Chuying.
Esta cartera aseguró anoche que China se ha visto «obligada» a tomar este nuevo veto «a tenor de la situación del brote y las prácticas de otros países», aunque todo «se calibrará» en función de la situación.
CASI 2.000 PROCESADOS POR DELITOS RELACIONADOS CON PANDEMIA
Queda por ver la efectividad de esta nueva prohibición a los extranjeros teniendo en cuenta que el 90 % de los casos importados registrados corresponde a titulares de pasaportes chinos, confirmó el jueves el viceministro de Exteriores, Luo Zhaohui.
Anteriormente, Pekín había anunciado el desvío de sus vuelos internacionales con destino a la capital para asegurar que estos casos no siguieran aumentando en la ciudad.
Además, la capital obliga a todos los llegados del exterior a un confinamiento de 14 días en hoteles, medida que también aplica Shanghái.
Por otra parte, la Fiscalía Suprema del país informó hoy de que ha procesado hasta la fecha a 1.919 personas por delitos relacionados con la pandemia, entre los cuales destacan personas acusadas de perjudicar la prevención de enfermedades infecciosas o por fabricar o vender productos falsos o defectuosos.
Entre ellos, medicamentos o equipos médicos de baja calidad.
También se ha detenido a 265 personas por dañar los recursos de la vida silvestre y por participar en actividades de caza ilegal o por matar o vender animales salvajes en peligro de extinción.
XI Y TRUMP LIMAN DIFERENCIAS POR TELÉFONO
Entretanto, el presidente de China, Xi Jinping, pidió hoy durante una conversación telefónica con su homólogo estadounidense, Donald Trump, «una respuesta colectiva de la comunidad internacional» para plantar cara a la crisis.
«Sólo una respuesta colectiva de la comunidad internacional puede ganar esta batalla», aseguró Xi, citado por la agencia estatal de noticias Xinhua.
El líder chino definió su gestión de la epidemia como «transparente y responsable», y añadió que China «no perdió el tiempo» y «compartió inmediatamente la secuencia genética del virus con Estados Unidos y la Organización Mundial de la Salud (OMS)».
Trump aseguró tras la llamada que «China ha desarrollado una sólida comprensión del virus» y que los dos países están trabajando «estrechamente juntos».
La conversación se produce en un momento de fuerte tensión entre las dos potencias: Trump se ha referido al patógeno como «virus chino», mientras algunas autoridades chinas han promovido la teoría de que soldados estadounidenses introdujeron la enfermedad durante una visita a Wuhan, capital de la provincia de Hubei y cuna del brote.
Las dos potencias también se han sumergido en una carrera frenética para ver quién logra primero una vacuna y compiten para demostrar su poderío mediante el envío de material médico a diferentes países afectados por la epidemia.
Desde este jueves, Estados Unidos cuenta con el mayor número de contagiados por el coronavirus SARS-CoV-2 en el mundo.
Con la suma de las últimas cifras publicadas hoy, el número total de infectados diagnosticados en China desde el inicio de la pandemia es de 81.340, entre los que han perecido 3.292 personas.
También se ha dado de alta a 74.588 personas tras haber superado con éxito la enfermedad, por lo que el número de infectados «activos» es de 3.460, de los que 1.034 pacientes permanecen en estado grave (995 de ellos, en Wuhan).
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Wuhan rebajó hoy la «evaluación de riesgo de coronavirus» de «alto» a «medio» y en cinco distritos de la ciudad a «riesgo bajo», afirmó hoy el funcionario Liu Dongru de la Comisión de Salud provincial de Hubei.
La ciudad, que el próximo 8 de abril levantará la estricta cuarentena impuesta hace dos meses, sólo ha confirmado un nuevo caso desde el pasado 18 de marzo, añadió el funcionario.
Por otra parte, los hospitales de esta ciudad han pedido a los pacientes dados de alta que permanezcan en centros especiales de recuperación durante 14 días para que reciban atención después del tratamiento, informa el Diario del Pueblo.
«Los pacientes dados de alta aún pueden sufrir traumas relacionados con su sistema respiratorio e infecciones del sistema digestivo. Es importante controlar su salud después del tratamiento básico», dijo Guo Liping, subdirector del departamento de control y prevención de enfermedades en el Hospital de Amistad China-Japón.
EFE/Video EFE