ROMA.- El Tribunal de Apelación de Florencia confirmó hoy la condena de 16 años de prisión por el naufragio del «Costa Concordia» al entonces capitán del crucero, Francesco Schettino, quien había recurrido su sentencia en primer grado.
El excomandante -que no se personó en la audiencia de este martes y permaneció en su casa de Meta di Sorrento, cerca de Nápoles (sur)- fue juzgado por la Primera Sección Penal de la corte florentina, presidida por la jueza Grazia D’Onofrio.
El proceso de apelación había comenzado el pasado 28 de abril y hoy, un mes después, la Justicia italiana falló confirmando la condena impuesta en primer grado.
La defensa del excomandante, representada por los abogados Saverio Senese y Donato Laino, había solicitado la nulidad del dictamen judicial en primer grado y que se reconociera una repartición de responsabilidades entre quienes estaban al mando de la embarcación el día del naufragio, el 13 de enero de 2012.
Por su parte, el fiscal general sustituto de Florencia, Giancarlo Ferrucci, había pedido para Schettino una condena de 27 años de reclusión y tres meses de arresto.
Ferrucci había redefinido las penas para los delitos de naufragio, homicidio imprudente y lesiones múltiples, abandono de la nave y falsedad en la información propiciada a la Capitanía, de los que fue acusado Schettino.
Solicitó nueve años de reclusión por naufragio, frente a los cinco establecidos en primera instancia por la justicia; quince años por homicidio imprudente y lesiones múltiples, y tres años por abandono de personas en la nave.
En total, 27 años de prisión, contra los 16 de condena en primera instancia.
Además, el fiscal había pedido tres meses de arresto por facilitar información falsa a la Capitanía.
Schettino fue condenado el 11 de febrero de 2015 a 16 años de reclusión, si bien no entró en prisión ya que aún no se ha dictado sentencia en firme, es decir, en tercera y última instancia, a cargo del Tribunal Supremo.
El naufragio del «Costa Concordia» se produjo el 13 de enero de 2012 frente a las costas de la isla toscana del Giglio (centro), un suceso en el que murieron 32 de los 4,229 pasajeros de la nave.
Además del balance humano, los restos de la nave permanecieron durante dos años varados ante la isla e Italia tuvo que poner en marcha un faraónico sistema de su enderezamiento, reflote y traslado hacia Génova (noroeste), donde actualmente está siendo desguazada.
En las labores de reflote perdió la vida un submarinista español en febrero de 2014.
EFE/Foto: independent.co.uk