LA HABANA.- Cuba registró solo un caso nuevo de COVID-19 este sábado, cuando la isla cumple una semana sin muertes por el virus y la mayor parte del país se prepara para entrar en la tercera y última fase de la desescalada.
La nación caribeña acumula así 2.445 positivos, de los que ya se han recuperado 2.304 pacientes -4 en el día-, para un 94,3 % de curados, informó el director de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (Minsap), Francisco Durán en su comparecencia televisiva diaria.
El doctor Durán, quien por primera vez en meses apareció en las pantallas sin mascarilla, precisó que el contagio se detectó entre 2.959 pruebas PCR completadas la víspera.
Residente en el municipio costero de Regla, en La Habana, el nuevo paciente fue descubierto durante los estudios que las autoridades cubanas realizan al azar en comunidades consideradas de riesgo en toda la isla, y no se precisa aún la fuente de infección.
El total de muestras PCR analizadas en Cuba asciende a 223.698, complementadas con miles de kits rápidos provenientes sobre todo de China.
En hospitales permanecen ingresados 246 pacientes, de ellos 52 enfermos confirmados con la COVID-19 y por primera vez en meses no se reportan enfermos graves ni críticos. Otras 155 personas están aisladas en sus hogares por ser sospechosas de portar el virus.
El número de fallecidos por coronavirus en la isla se mantiene en 87 desde el pasado sábado, según datos del Minsap.
SIN APERTURAS APRESURADAS
La última vez que Cuba reportó un solo infectado fue el pasado 30 de junio, también en La Habana, el único territorio rezagado en la reapertura con respecto al resto del país, que hoy se encuentra en la fase 2 de la desescalada y el lunes próximo pasará a la fase 3.
Solo la cercana provincia de Mayabeque se mantendrá en la fase 2, aunque tiene solo un caso activo de coronavirus.
Los contagios de esta semana se han concentrado en la capital, con 78 casos diagnosticados en los últimos quince días.
Estas nuevas infecciones están relacionadas en su mayoría con focos comunitarios como los de los municipios del Cerro y Centro Habana, donde las autoridades aislaron varias manzanas para contener un brote.
Por esto el Gobierno decidió mantener a La Habana en la fase 1, que, entre otras medidas, incluye el uso obligatorio de la mascarilla fuera de las casas, el restablecimiento de los servicios de transporte público urbano y la apertura de playas, cafés y restaurantes con aforo limitado.
La tercera y última etapa de la reapertura comprende el restablecimiento a pleno rendimiento de todas las actividades económicas y productivas, así como de los servicios de salud y todos los trámites burocráticos. El uso de la mascarilla en espacios públicos y cerrados sigue siendo obligatorio.
A pesar de que en la fase 3 estaba previsto el reinicio de los vuelos regulares, las autoridades cubanas decidieron posponer la apertura de fronteras aéreas y marítimas previsiblemente hasta que La Habana no avance en la desescalada. La capital es la principal puerta de entrada al país y la ciudad más visitada por los turistas. EFE