NUEVA YORK.- El estado de Nueva York, epicentro de la pandemia de coronavirus en Estados Unidos, certificó este lunes su descenso del pico de COVID-19 tras registrar 478 fallecidos en un día, la cifra más baja en dos semanas, y su gobernador, Andrew Cuomo, planteó pagar un «complemento de peligrosidad», un bonus del 50 %, a los trabajadores de primera línea.
En su actualización diaria, Cuomo señaló que el número de nuevos contagios se ha estabilizado y que están «bajando» las hospitalizaciones y entubaciones de pacientes por coronavirus, lo que invita a pensar si «ya hemos pasado el pico», aunque aseguró que «las salas de emergencia siguen estando por encima de su capacidad».
De acuerdo a las últimas cifras del gobernador, este domingo fallecieron 478 personas en todo el estado por complicaciones derivadas de la COVID-19, 23 de ellas en residencias de la tercera edad y el resto en hospitales, lo que supone el sexto día en descenso y sitúa la cifra total de decesos provocados por la pandemia en 14.347, una cifra que la Universidad Johns Hopkins eleva a 18.298 porque incluye los casos de las muertes domiciliarias y sospechosas de ser Covid-19.
Cuomo afirmó haber pasado de preguntarse «¿hemos pasado el pico?» a «¿cuánto tiempo vamos a estar en este nivel?» y «¿cómo de largo y abrupto será el descenso?», para lo que las autoridades intentan prepararse con medidas de mitigación en poblaciones vulnerables y plantean recompensas a los trabajadores esenciales que han llevado el peso de la lucha contra el virus.
En ese sentido, el gobernador anunció una colaboración entre el estado y la ciudad de Nueva York para llevar esta semana a los complejos de viviendas públicas, donde viven casi medio millón de personas de renta baja, servicios médicos que faciliten los diagnósticos y materiales de protección desde mascarillas hasta gel desinfectante.
Cuomo también propuso un «complemento de peligrosidad a los trabajadores de primera línea» y resaltó que buena parte de ellos son negros y de piel oscura, precisamente las comunidades que «de manera más desproporcionada están siendo víctimas de la COVID-19, porque están exponiéndose» generalmente al no poder ejercer desde casa.
«El 41 % de trabajadores de primera línea son gente de color. El 45 % de los empleados de transporte, el 57 % de los empleados de limpieza, el 40 % de los sanitarios. También los repartidores y cuidadores de niños. La economía se ha cerrado para quienes tienen el lujo de poder cerrar. Dos tercios en primera línea son mujeres, y un tercio pertenecen a hogares de renta baja», expuso.
«Mientras unos se enfrentan al desquicio de estar encerrados, ellos están saliendo y enfrentándose al coronavirus, por eso se infectan más. Propongo que se les dé un 50 % de bonus», agregó. EFE