LONDRES.- El Reino Unido registró 282 nuevos fallecimientos por coronavirus, hasta llegar a un total de 36.675 muertos desde el inicio de la pandemia, según reveló este sábado el ministro británico de Transporte, Grant Shapps.
En la rueda de prensa diaria celebrada virtualmente desde Downing Street, ese titular indicó asimismo que en este país se han registrado en las últimas 24 horas otros 2.959 nuevos contagios por COVID-19.
La nueva cifra de fallecidos por la enfermedad fue hoy más baja que la divulgada ayer, de 351, según los datos facilitados por el Departamento británico de Sanidad.
En su comparecencia, el titular de Transporte anunció hoy un paquete cifrado en 283 millones de libras (307 millones de euros) destinado a volver a situar la red de transporte público -alterada por la pandemia- de vuelta a un horario completo.
No obstante, Shapps instó a aquellos ciudadanos que pueden trabajar desde sus casas a seguir haciéndolo y alertó de que el servicio de transporte solo podrá llevar, en el mejor de los casos, un quinto de su capacidad normal a fin de mantener la distancia social requerida para evitar la propagación del virus.
Por ello, alentó a los británicos a evitar el transporte público y optar por medios alternativos como la bicicleta, vehículos propios o desplazamientos a pie.
La asesora médica adjunta del gobierno Jenny Harries apuntó que se ha detectado una tendencia a la baja «consistente, lenta» en las admisiones hospitalarias en Inglaterra por COVID-19 y agregó que en el total de las cuatro regiones, el porcentaje de camas con ventiladores mecánicos ocupadas por pacientes con coronavirus también está «cayendo».
Harries también se refirió al plan del Ejecutivo británico para reabrir colegios de primaria en Inglaterra a partir del 1 de junio, una medida considerada prematura por científicos y decenas de municipios ingleses.
«Todavía estamos aprendiendo sobre cómo actúa la enfermedad en los niños, pero se sabe que raramente se enferman con COVID-19 y hay señales de que la transmisión por niños es reducida», apuntó la experta.
Las cifras se conocen al tiempo que el gobierno encaja hoy las críticas a Dominic Cummings, el principal asesor del primer ministro, Boris Johnson, por haberse saltado el confinamiento el pasado marzo para desplazarse con su esposa y su hijo pequeño a la residencia de sus padres en Durham, a unos 400 kilómetros de Londres.
La mujer de Cummings presentaba síntomas de COVID-19 y, según el asesor de Johnson, ante la alta probabilidad de que él también terminara contagiado, se dirigieron a la residencia de sus padres para recibir ayuda familiar para cuidar de su hijo de cuatro años, si bien en otro edificio separado dentro de la propiedad.
Desde Downing Street, un portavoz oficial aclaró hoy que el asesor «se comportó de forma razonable y dentro de la ley» pese a que ese desplazamiento ha indignado a la oposición laborista que ha recordado que los ciudadanos «han realizado sacrificios extraordinarios durante esta pandemia y el confinamiento».
Un portavoz laborista subrayó que «no puede haber una regla para aquellos que las trazan y otra para los británicos».
Cummings ha recibido el apoyo de varios miembros del Ejecutivo, entre ellos del ministro del Gabinete, Michael Gove, que indicó en un tuit que «cuidar de tu esposa y de tu hijo no es un delito».
El titular de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, también salió en su apoyo, al señalar que «es razonable y justo pedir una explicación por esto. Y se ha proporcionado: dos padres con coronavirus cuidando ansiosamente a su hijo pequeño».
El Reino Unido anunció ayer que se impondrá una cuarentena de 14 días a los viajeros que lleguen al país a partir del 8 de junio para tratar de evitar nuevos brotes.
Saltarse la cuarentena estará castigado con 1.000 libras en Inglaterra (1.120 euros) -Escocia, Gales e Irlanda del Norte establecerán sus propias sanciones- y la policía hará controles domiciliarios aleatorios para comprobar que se cumple. EFE