JERUSALÉN.- Miles de israelíes volvieron a pedir hoy en las calles la salida del primer ministro, Benjamín Netanyahu, cuestionado por su juicio por corrupción y su gestión de la pandemia de coronavirus, que no ha logrado evitar una peligrosa segunda ola.
Las protestas en Israel han pasado de ser semanales a casi diarias y congregan en cada convocatoria a sectores más variados, especialmente jóvenes, hoy centradas en Tel Aviv, frente a la residencia oficial del primer ministro en Jerusalén y frente a su residencia privada de la localidad costera de Cesárea.
Además, cientos de manifestantes con banderas israelíes y negras -insignia del movimiento que comenzó liderando las protestas- formaron largas filas en decenas de puentes e intersecciones de todo Israel.
«Cansados y frustrados», advertían en muchos de los carteles que portaban. El clamor popular contra Netanyahu no cesa y parece haber cogido fuerza en un movimiento trasversal, aunque el primer ministro lo ha calificado de «izquierda anarquista».
«No permaneceremos en silencio y no nos rendiremos», corearon hoy los manifestantes.
HACIA UN MOVIMIENTO POPULAR
La Policía israelí movilizó a cientos de efectivos y bloqueó los accesos a las residencias de Netanyahu para impedir que se acercaran los manifestantes después de una semana con fuertes altercados, detenciones y dispersión con cañones de agua durante las protestas.
«Sacudiéndolos de sus sillas» fue el emblema principal en la protesta de Tel Aviv, con demandas socio económicas y alusiones a los casos de corrupción que implican a Netanyahu, que se repitieron en las numerosas protestas calificadas por los organizadores como «un llanto de la nación».
El movimiento antigubernamental conocido como Bandera Negra convoca desde marzo protestas por el proceso judicial de Netanyahu en el que está acusado de fraude, cohecho y abuso de confianza en tres casos separados de corrupción.
Pero desde hace dos semanas se están uniendo diferentes colectivos, grupos de jóvenes, desempleados y sectores afectados por la crisis económica provocada por la pandemia.
«Los miembros del partido Yesh Atid protestan esta noche en los puentes y cruces de Israel», publicó la formación centrista en sus redes sociales después de que su líder y jefe de la oposición, Yair Lapid, acusara esta semana a Netanyahu de haber «perdido el control» y le exigiera dimitir.
El primer ministro acusó al Canal 12 de «echar gasolina» por dar cobertura a las protestas, publicó el digital Times of Israel.
PÉRDIDA DE POPULARIDAD
Hasta los conductores que pasaban en coche junto a los manifestantes mostraban su apoyo, en un momento en el que las encuestas reflejan una pérdida progresiva de popularidad del jefe de Gobierno, especialmente entre los jóvenes.
El 78% de los jóvenes cree que el Ejecutivo está desconectado del interés público, según una encuesta publicada ayer por el diario Yediot Ahronot.
Netanyahu lidera un Gobierno de unidad con el centrista Beny Gantz que se creó en marzo con carácter de emergencia para combatir la pandemia de coronavirus y reactivar la actividad económica.
Sin embargo, los dos líderes han mostrado continuos desacuerdos para abordar esta peligrosa segunda ola que está registrando cifras máximas de contagios con una media de dos mil infectados diarios en un país de casi nueve millones de habitantes.
El cierre prematuro que impuso Israel en marzo llevó al Gobierno a precipitar la apertura en abril cuando el país superó el 20% de paro frente al 4% que tenía en febrero y ahora intenta evitar otro cierre pero no consigue parar la propagación del virus.
La confianza en Netanyahu ha caído del 50% de entonces al 30% actual, sobre todo entre los votantes de su partido derechista Likud, reflejó un sondeo esta semana del Instituto por la Democracia de Israel.
El primer ministro considera que las manifestaciones están promovidas por «la izquierda anarquista para derrocar al gobierno de derecha y su líder», declaró durante la celebración de las protestas a las que se seguían sumando más ciudadanos según avanzaba la noche. EFE