La vicepresidenta de Perú, Mercedes Aráoz, aseguró hoy que las críticas de la líder de la oposición, Keiko Fujimori, a la reforma política y judicial propuesta por el Gobierno son «manotazos de ahogado» por la baja popularidad que tiene en las últimas encuestas aparecidas en medios de comunicación.
Aráoz afirmó a la agencia oficial Andina que la impopularidad de la hija del expresidente Alberto Fujimori se debe a que ella y su grupo parlamentario, que tiene mayoría en el Congreso, «han hecho imposible la gobernabilidad en los últimos dos años».
La vicepresidenta peruana difirió con Fujimori en calificar de populistas y no urgentes las propuestas de someter a un referéndum, entre otras cuestiones, si se impide a los congresistas ser reelegidos o si se restablece el Senado para que el sistema parlamentario vuelva a ser bicameral.
«No veo que exista esto, por ejemplo, la creación de dos cámaras es importante para el país, porque permitirá una mejor representatividad y evitar el centralismo», aseguró.
En ese sentido, Aráoz acusó al fujimorismo de promover el populismo en el Congreso con iniciativas legislativas que, en algunos casos, rozan la inconstitucionalidad.
Keiko Fujimori tiene actualmente una impopularidad de al menos el 80 % de la población, que la percibe como una política vinculada a graves casos de corrupción.
A Fujimori se la relaciona con el apodo de la «Señora K», aparecido en una de las grabaciones telefónicas que desvelaron una amplia y compleja red de corrupción instalada en las altas esferas de la Judicatura del país, con tráfico de influencias y favores entre magistrados, empresarios y políticos.
Los audios revelaron que la «Señora K» se quiso reunir con el suspendido juez supremo César Hinostroza, quien en su sala se debía ver un recurso presentado por Fujimori y su marido para archivar una investigación que mantiene abierta la Fiscalía por la presunta financiación irregular de sus campañas electorales. EFE
Keiko está peleando más por su libertad que por pasar a segunda vuelta el 2021