CUSCO.- Un grupo de comunidades campesinas de los Andes de Perú retomó este lunes su protesta contra la gran mina de cobre Las Bambas, productora del 2 % del cobre mundial, después de que no se instalase la mesa de diálogo acordada y la empresa no acudiese a una reunión convocada para el domingo.
Estas comunidades de la provincia andina de Chumbivilcas, en la región de Cusco, retomaron este lunes los bloqueos el denominado corredor minero, una carretera por la que transitan los camiones cargados con el mineral extraído de la mina, según informó el Observatorio de Conflictos Mineros (OCM).
Así dieron por concluida la tregua que concedieron el pasado 2 de agosto, cuando el primer ministro, Guido Bellido, llegó a esta zona de la que es oriundo y logró que las comunidades aceptasen levantar temporalmente la protesta en la que llevaban inmersos desde el 23 de julio para iniciar un diálogo que hasta ahora no ha comenzado.
El mayor malestar de las comunidades aledañas a la mina es el constante tránsito de camiones de gran tonelaje que atraviesan sus comunidades para transportar el cobre, lo que genera polvareda cerca de las zonas habitadas.
Por ello, exigen el pago de las indemnizaciones de daños y perjuicios por impactos ambientales, sociales y culturales, así como el pago de los derechos de servidumbre minera.
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En esa línea, las comunidades también demandan ser consideradas como proveedores de bienes y servicios de la empresa minera y como área de influencia directa ambiental y social de la misma mina.
Desde el 2017, cuando empezó el conflicto que involucra a comunidades campesinas de las regiones de Apurímac y Cusco con la minera Las Bambas, se han desarrollado 20 procesos de diálogo, la mayoría de ellos como resultado de protestas sociales.
Las Bambas, traspasada en 2014 de la suiza Glencore a MMG, de capitales chinos, por unos 10.000 millones de dólares, se encuentra en la provincia de Cotabambas, en la región Apurímac, a 4.000 metros de altitud.
Desde entonces, el paso de los camiones por las comunidades aledañas, que no estaba previsto inicialmente en el proyecto, ha sido el motivo de un conflicto, con periódicas protestas que tuvieron graves picos de violencia en los que murieron cuatro personas entre 2015 y 2016.
El yacimiento tiene reservas calculadas en 6,9 millones de toneladas de cobre, de las que 452.000 fueron extraídas en 2018, lo que supone un 2 % de las 20 millones de toneladas que se produjeron a nivel mundial y un 18,8 % de las 2,4 millones de toneladas que aportó Perú, el segundo productor mundial de cobre, plata y zinc.
EFE