Al compás de la música de la Orquesta Sinfónica del Cusco, la ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), Marcela Huaita Alegre, encabezó un colorido y alegre pasacalle con motivo del anuncio de la campaña: “La calle no es su lugar”, que busca luchar contra la explotación laboral infantil en esta región.
“Este domingo 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el trabajo infantil, para los niños debe ser una prioridad educarse, poder tener horas de esparcimiento y recreación, porque así desarrollamos nuestras potencialidades”, señaló la ministra.
En el pasacalle, que partió de la explanada del Coricancha, participaron también alcaldes distritales, representantes de las DEMUNA, centros educativos, padres y madres de las niñas, niños y adolescentes que forman parte del Programa Nacional Yachay, del MIMP.
También participó el equipo de Educadores de Calle. El educador o educadora de calle es un o una facilitador/a que, previo al diagnóstico rápido sobre la problemática del menor y su familia, coordina y establece compromisos con las instituciones –públicas o privadas– de la comunidad, para la restitución de los derechos de las niñas, niños y adolescentes. Asimismo, brinda temporalmente soporte a las familias.
El Programa Nacional Yachay viene impulsando esta campaña en diversas regiones del país. En el Cusco, brinda ayuda a 262 niñas, niños y adolescentes. La mayoría de los casos atendidos constituye el 52% del total, mientras que las atenciones a los hombres alcanzan el 48%. Las edades de los menores atendidos fluctúan entre nueve y catorce años.
Se ha identificado que la mayoría de estos menores vende alimentos y golosinas junto a sus padres o madres; asimismo, existirían casos de mendicidad encubierta en cementerios donde los menores venden agua, limpian lápidas. También están los casos de quienes realizan trabajos no apropiados para su edad, como: lavar autos, actuar como carretilleros, elaborar adobes, tejas y ladrillos.
“Nosotros trabajamos reforzando las capacidades de madres y padres para que puedan tener mejores ingresos y así no necesiten ese ingreso que traen nuestras niñas y niños. El gobierno ha elevado la inversión en la niñez para que las futuras generaciones del Perú puedan sacar adelante a nuestro país, se ha elevado en salud, educación y en protección social”, dijo.
El diagnóstico, realizado por Yachay, revela que la mayoría de niñas, niños y adolescentes que sufren de violencia en el hogar provienen de familias alcohólicas, están en abandono y en un alto grado de desintegración familiar.
Además, existe migración temporal con fines de mendicidad, sobre todo en épocas de vacaciones de invierno y verano, que proviene de Paucartambo, Quispicanchis, Acomayo y Anta.
Fuente: Prensa MIMP