MONTEVIDEO (Uruguay).- Casi 60 expertos de organizaciones internacionales de Derechos Humanos concluyeron hoy en Montevideo dos jornadas en las que analizaron el funcionamiento de los mecanismos de la ONU en América Latina en las décadas de 1960, 1970 y 1980 en países como Argentina, Chile, El Salvador y Guatemala.
En el caso concreto de Argentina se hizo especial hincapié en el rol del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias, para lo que se contó, entre otros personas, con la presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, Estela de Carlotto, quien dijo a Efe sentirse «muy feliz y honrada» de asistir para «testimoniar» y ofrecer su «experiencia».
En ese sentido, Carlotto recordó que en Argentina desde que comenzó la dictadura cívico-militar en 1976 se estima que desaparecieron y asesinaron a unas 30,000 personas y que las Abuelas de la Plaza de Mayo lleva casi 40 años buscando «a bebés que ahora son hombres y mujeres».
«Es un trabajo muy conocido a nivel internacional, valorado y respetado incluso por ONU, la Organización de los Estados Americanos (OEA) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), espacios donde siempre nosotros recurrimos para no se olvidara el tema y para que pudiéramos ser recibidas y protegidas», remarcó.
El encuentro, que tuvo lugar en la residencia del embajador británico en Uruguay, Ian Duddy, fue el primero realizado en Sudamérica y estuvo organizado por las organizaciones no gubernamentales Universal Rights Group, Amnistía Internacional (AI) y Jacob Blaustein Institute for Human Rights (JBI).
La coordinadora de la ONU en Uruguay, Denise Cook (foto) dijo a Efe que este encuentro «es importante porque se juntan una serie de expertos, personas que hace 15 y 20 años fueron fundamentales a la hora de intentar mejorar los derechos humanos en Centro América, en El Salvador y Guatemala».
Cook comentó la función de los mecanismos que tuvo la institución en Argentina y Chile «en momentos muy difíciles para eso dos países», cómo fue la presencia de relatores especiales del país, o relatores especiales en desapariciones forzadas.
Además, especificó cómo esa presencia del organismo internacional «alentó y posibilitó en ese momento la mejora de la situación».
También, durante el evento se presentó una exhibición fotográfica sobre el trabajo de los Mandatos Especiales de la ONU y de quienes han trabajado con ellos.
La exhibición fotográfica será expuesta en Ginebra durante la sesión 34 del Consejo de DDHH de la ONU en el próximo mes de marzo, y en Nueva York durante la Tercera Comisión de la Asamblea General, en octubre del 2017.
«Estas lecciones siempre son útiles, porque desgraciadamente nunca faltan violaciones a los derechos humanos aunque afortunadamente en América Latina eso pasó a ser parte del pasado en general, aunque siempre hay situaciones muy aisladas», concluyó Cook.