El «Día del Periodista» es una fecha que expresa la gratitud de nuestro gremio a quien no solamente editó históricamente el primer diario del Perú y América Latina, sino que además hizo prevalecer, precursoramente, el derecho a la información plural e independiente. El «Diario de Lima», que así se llamaba el cotidiano, facilitó el conocimiento de la realidad de nuestro país en los tiempos del imperialismo colonial. Esto, en una etapa oscura de la historia de la humanidad, cuando el poder político utilizaba la censura empoderada de legalidad, para acallar toda palabra discrepante. Jaime Bausate y Meza, murió fusilado años después, no sin antes desempeñar, también, rol importante con otro periódico de su autoría, «El Telégrafo Mercantil», en la causa por la independencia de Argentina, sin riqueza material alguna, pero leal a sus ideas libertarias.
Han transcurrido, desde aquel 1 de Octubre de 1790, más de dos siglos del suceso que revolucionó el mundo periodístico en esta región llamada por los próceres de la independencia como la «Patria Grande». Bausate y Meza colocó, en ese entonces, el primer hito de una historia que fue seguida por otros tantos y que aun se sigue escribiendo en procura, ya no únicamente de una libertad de imprenta o de una libertad de prensa, sino más bien de un derecho que tiene toda persona humana a cuatro libertades: de información, opinión, expresión y difusión del pensamiento por cualquier medio de comunicación social, sin previa autorización, ni censura ni impedimento alguno. Por defender y proteger tal derecho, a lo largo del tiempo, son numerosos los peruanos y peruanas que han sufrido persecución, destierro y encarcelamiento, que han sido objeto de agresiones y amenazas con riesgo de su integridad física, que han visto clausurados sus periódicos, sus emisoras y otros medios, que inclusive han ofrendado sus vidas. Los casos de los periodistas asesinados en Uchuraccay y de los periodistas al interior del país que, constantemente, son acosados administrativa y judicialmente son pruebas de tal perversidad, que se repite gobierno tras gobierno. No menos se puede decir de aquellos periodistas, hombres y mujeres, trabajadores ellos, a quienes sin respeto a sus derechos sociales y económicos de carácter laboral, se les despide arbitrariamente y lo que es peor con renuencia al pago de los mismos.
El «Día del Periodista» tiene este año, con esos antecedentes, sin embargo, otra connotación. El país vive un momento político, signado por un nuevo Gobierno y un nuevo Congreso, ambos elegidos por la voluntad ciudadana. Sobre ellos están pendientes las expectativas de una nación que espera el cumplimiento de sus promesas electorales y aunque no lo hayan dicho con letras mayúsculas, sobre todo en lo referente al respeto inmaculado del derecho a la información, como derecho del pueblo. Derecho que, la Asociación Nacional de Periodistas del Perú ha subrayado en su más reciente Congreso Nacional Ordinario, ni se alquila ni se vende y cualquiera que sea la circunstancia, se defiende.
La despenalización de los delitos de prensa, los mismos que deben ventilarse en el Fuero Civil, conforme sugieren los más importantes Foros Internacionales y que ha encontrado eco en forma creciente en diversos países de América Latina, la aprobación de los protocolos de seguridad en comisión de riesgo que afrontan los periodistas, el respeto irrestricto a la libertad de informar y recibir información sobre asuntos de interés nacional, entre ellos los que tienen que ver con la moral pública, el reconocimiento y la garantía de acceder a la documentación pública sin expresión de causa por cuanto las entidades públicas están al servicio de la ciudadanía, el pleno respeto al ejercicio profesional del derecho al trabajo, así como a la libre agremiación y sindicación y la eliminación de toda forma de discriminación laboral por razones raciales o de género, son algunas de las tareas sobre las cuales es perentorio que se pronuncien los Poderes del Estado.
La Asociación Nacional de Periodistas del Perú, gloriosa y benemérita por su historia de lucha y logros gremiales, hace de conocimiento de la ciudadanía tales demandas. Pero no se queda en posición tan facilista. Las plantea con firmeza y ratifica el compromiso de actualizar y profundizar su rol y responsabilidad para la atención y solución de esos problemas. Tiene presente en esta gesta que la liberación de los trabajadores de la prensa, autogestores y asalariados, sólo puede ser obra de los propios trabajadores de la prensa, no como individuos solitarios, aislados, sino en la fecunda corriente de unidad, con libertad y justicia, con dignidad y solidaridad.
¡Viva el Día del Periodista! ¡Viva la ANP!
Lima, 1 de octubre de 2016
COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL