La Red INSP!R y las organizaciones que la conforman hace un llamado a los Estados para colocar la situación de las mujeres en el centro del debate y la acción. La crisis sanitaria, económica, social y hasta moral -en mucho de nuestros países- ha visibilizado la extrema vulnerabilidad en que se encuentran las mujeres trabajadoras que profundizaron su situación de precariedad y pobreza durante la pandemia.
La ausencia de protección social, la fragilidad de los trabajos, la doble y triple jornada, la pobreza, son esas otras grandes pandemias estructurales con las que confrontan cotidianamente las mujeres.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que las mujeres han retrocedido una década en cuestión de derechos. Un 56.9% de las mujeres en América Latina y un 54.3% en el Caribe se encuentran ocupadas en sectores en los que han presentado un mayor efecto negativo en términos del empleo y los ingresos ¿Cuánto tiempo tomará recuperar autonomía? ¿Quiénes se hacen responsables?
Por ello, en la antesala del 65 periodo de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, nuestras organizaciones llaman a escalar del diagnóstico a la acción. Los gobiernos tienen el deber de fomentar políticas públicas que permitan progresos en igualdad de género y empoderamiento de las mujeres en los espacios públicos, deben generar condiciones para que la recuperación económica esté marcada por la creación de empleos de calidad, deben hacer esfuerzos para que nunca más un trabajador y trabajadora -con pandemia o sin pandemia- tenga que padecer por no tener acceso a la salud y pensiones.
Además, es urgente luchar contra la violencia hacia las mujeres en el mundo del trabajo. Los movimientos sociales seguimos reforzando nuestros esfuerzos para la ratificación del C190 de la OIT en la región.
En ese marco, INSP!R;
- Reconoce el rol fundamental que han jugado las mujeres que se encuentran en primera línea como trabajadoras de salud, del hogar, cuidadoras y lideresas comunitarias. Estas últimas han sido claves para gestionar localmente la necesidad con iniciativas desde la economía social y solidaridad, entre ellas los comedores populares, que han sido fundamentales para paliar el hambre.
- Llamamos a valorar en toda su dimensión la economía del cuidado y el rol preponderante de las mujeres en ese espacio
- Demandamos la apuesta en firme por una recuperación transformadora con igualdad de género y expandir la cobertura de la protección social para abordar la situación de las mujeres en su diversidad, evitando que el acceso a prestaciones y transferencias esté sujeto a condicionalidades
- Instamos a garantizar la presencia de mujeres, en toda su diversidad, en la toma de decisiones, en los gobiernos, en las empresas, en los sindicatos, en las organizaciones sociales. Sólo si hay mujeres se garantiza la implementación de una real agenda de género.
Por lo tanto, asumimos el compromiso de continuar trabajando por un futuro más igualitario, especialmente para las mujeres que se han visto impactadas desproporcionalmente por la pandemia. No hay recuperación posible sin las mujeres.
Foto EFE