MADRID/España.- El diario español El País señala que los peruanos cambian ‘realities’ por tribunales de caso Lava Jato, debido a la importancia de uno de los casos más corrupción más grande de los últimos años y acontecimientos insólitos como el súbito cambio de fiscales con argumentos cuestionados.
A continuación reproducimos textualmente este informe para tener mayores luces sobre las consideraciones de la opinión pública internacional:
Taxistas y porteros, estudiantes universitarios de cualquier carrera, meseros y comensales de restaurantes y cafeterías. Todos tienen una nueva costumbre que se ha hecho masiva en el 2018 en Perú: sintonizar las audiencias de los tribunales que ofrece el poder judicial en televisión por cable y en abierto, así como en redes sociales. El año que termina ha sido el de mayor acceso a lo que ocurre en las cortes de justicia peruanas, hasta el punto de eclipsar a los realities: entre fines de octubre y noviembre, Justicia TV acumuló más de 11 millones de vistas del caso Cocteles, la investigación fiscal por lavado de activos a la jefa de la oposición, Keiko Fujimori, hoy en prisión preventiva.
En el tramo final del año, los principales casos judiciales que se dirimen en los tribunales peruanos “superaron los de los programas más populares de la televisión privada en el país”, asegura Mariela Egúsquiza, directora de Justicia TV.
Con las cifras de la empresa de monitoreo digital Crowdtangle, Egúsquiza subraya que el canal judicial tuvo algo más de un millón de interacciones entre octubre y noviembre, por encima de los programas más populares de la televisión peruana. Ya figura, además, entre los diez medios más buscados en Google en la categoría series y programas de TV.
Justicia TV empezó con 3 cámaras
Justicia TV empezó sus emisiones en el 2015 con menos de una docena de personas y tres cámaras. «Hoy mi equipo cuenta con 24 personas y cinco cámaras para cubrir la Corte Suprema, comisiones de trabajo y 34 distritos judiciales», apunta Egúsquiza.
Además de las emisiones en YouTube y Facebook —una señal que es retransmitida en vivo por los principales medios y canales de noticias del país sudamericano— la sintonía de Justicia TV se ha convertido en un habitual en las pantallas de todo el país, especialmente en los establecimientos de venta de comida en Lima.
La crítica de televisión Patricia Salinas cree que ese interés por los tribunales se debe a que a las personas «les interesa, más de lo que los medios piensan, la realidad nacional y los casos de corrupción. Los peruanos quieren estar informados y saber quién es quién».
«Se ha aprendido muchísimo sobre procedimientos judiciales y es bueno que la ciudadanía sepa cómo se maneja la justicia, qué hace un fiscal, qué hace un juez, por qué existe la figura de prisión preventiva», añade Salinas, columnista de televisión del semanario Caretas desde hace más de una década. «Los peruanos queremos ser parte del cambio y hay la necesidad de expresar lo que pensamos en coyunturas tan peculiares», cierra la periodista en referencia a la cada vez más intensa interacción del público en las redes sociales de Justicia TV durante las transmisiones en vivo.
Melissa Becerra, estudiante de biología y miembro de la directiva de la Federación de Estudiantes de la Universidad Agraria La Molina, comparte con EL PAÍS su experiencia como televidente. «Se crea una cercanía mediática entre la justicia y el pueblo, algo que nunca se ha visto, volviéndonos partícipes de eventos importantes como las audiencias sobre el caso Keiko Fujimori y miembros de su organización criminal. Ello nos da una noción de que es posible tener transparencia en estos procedimientos, siendo nosotros los testigos y críticos principales», relata. «Eso», agrega la dirigente estudiantil, «genera un sentimiento de unión y empoderamiento, pues muchos veíamos el canal juntos esperando que el juez dictara las medidas, compartiendo ese sentimiento esperanzador de acabar de a pocos con la corrupción».
Según la Constitución, la publicidad de los procesos judiciales es un derecho y los procesos por responsabilidad de funcionarios públicos «son siempre públicos». Pero no siempre fue así.
Transparencia y orientación necesarias
La cobertura televisiva de las audiencias en 2018, en particular cuando intervienen personas de primera línea política, ha coincidido con la urgencia del poder judicial de desembarazarse de la red de corrupción en el sistema de justicia. El viceministro de Justicia, Fernando Castañeda, destaca en declaraciones a EL PAÍS, la apertura que supone que el poder judicial televise los procesos. «Permite a los ciudadanos formarse una idea de cómo se desarrollan y cómo se desenvuelven los operadores judiciales». Sin embargo, agrega Castañeda, esa relación con el televidente «tiene que ser acompañada».
«La diferencia entre una medida cautelar, un juicio y el dictado de una sentencia; o la exigencia de estándares distintos de prueba en momentos distintos de un proceso, eso las personas no siempre lo tienen claro», precisa el número dos del Ministerio de Justicia peruano, experto en derecho constitucional. «Pero las transmisiones ayudan a acercar la justicia a los ciudadanos. Siempre se le ha exigido al poder judicial que tenga valentía y aplomo para enfrentar los procesos, y eso no puede verse en el expediente frío: ¿qué mejor que la televisión para que se vea cómo los jueces cumplen o incumplen sus obligaciones funcionales? Es importante para poder mejorar». (ECHA – Agencias)