El astro del fútbol mundial vivió como una estrella del celuloide y como tal quedó reflejado en documentales tan vertiginosos e impactantes como los realizados por el británico Asif Kapadia («Diego Maradona», 2019) o el serbio Emir Kusturica («Maradona», 2008), materiales que ahora adquieren valor añadido tras la muerte hoy de «El Pelusa».
«Diego Maradona» es una reveladora y frenética obra sobre los polémicos años del argentino en Nápoles, adonde llegó en 1984 tras la complicada etapa vivida en el Fútbol Club Barcelona. Allí renació de sus cenizas y llevó a un humilde club a lo más alto del Calcio italiano en dos ocasiones (1987 y 1990) mientras hacía a Argentina campeona del mundo (1986).
Pero en esa misma etapa ve cómo su vida personal empieza a tambalearse, con fiestas de tres días marcadas por la cocaína, un hijo no reconocido y sus amistades peligrosas con la Camorra napolitana, que le regalaba un Rolex de oro solo por acudir a sus eventos y posar para la foto.
«La única razón por la que Maradona sigue vivo son sus hijos», afirmaba Kapadia en una entrevista con Efe en julio del año pasado. «Ellos son quienes le han rescatado cuando ha estado al límite», indicó el ganador del Óscar al mejor documental por «Amy».
«Sus hijos lo quieren de forma incondicional, incluso cuando no está bien y tiene paranoias», explicó el londinense. «A veces cree que le roban o le engañan, pero nunca pensaría así de sus hijos. Y eso que son más duros con él que otra gente a su alrededor», agregó.
La obra de Kapadia sobre la figura del «pibe», recibida con auténtico fervor en Cannes, donde los espectadores vitoreaban los goles y las acciones de Maradona como si las estuvieran viendo por primera vez, es la más reciente y probablemente figura entre las más destacadas, a la altura al menos de la propuesta de Kusturica, interesante por las conversaciones que recoge con el ídolo de masas y su entorno.
«Hubiese sido mucho más de lo que soy «
«¡Qué jugador nos perdimos!». Así de sincero se mostró con el cineasta, a quien le unía una gran amistad. Kusturica ofrece el retrato de un ídolo excesivo en todos los sentidos, deteniéndose en la personalidad del exfutbolista, en su ascenso a los altares del fútbol y su descenso a los infiernos de la droga, así como sus afinidades políticas.
El documental se exhibió fuera de concurso en la edición de Cannes del 2008, adonde acudió Maradona para apoyar a su colega y donde dejó varias perlas. La más llamativa, su respuesta a la pregunta de cuál era su actriz favorita: Julia Roberts.
«Haría lo que fuera por verla aquí, en la Croisette. Me cortaría la mano», dijo, simulando cortarse la mano izquierda. Y precisó: «La mano del gol de Inglaterra», en referencia al tanto que anotó en el Mundial de México de 1986 en un partido entre Argentina e Inglaterra y que, desde entonces, fue calificado como la «mano de Dios».
Su vida inspiró otra conocida obra como «Maradona in Mexico», de Netflix, centrada en su etapa como entrenador de los Dorados de Sinaloa en la temporada 2018-19.
En el aire quedan dos proyectos anunciados a bombo y platillo: una película del italiano Paolo Sorrentino titulada «È stata la mano di Dio» («Ha sido la mano de Dios»), que promete volver a juguetear con la figura de Maradona tras haberlo incluido sutilmente en «Youth» (2015) bajo la silueta de un orondo futbolista retirado.
Y una serie de Amazon denominada «Maradona: sueño bendito», que arrastra varias polémicas tras haber sido abiertamente criticada por los familiares. Claudia Villafañe, exesposa de Maradona y madre de Dalma y Gianinna, criticó el guion de la serie, en su opinión más interesado «en el quilombo (escándalo)», e inició acciones legales contra la productora.
EFE/Antonio Martín Guirado
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