«¿Resultado? Si fuese adivino, no habría sido jugador». Con esa frase entró en su hotel de Madrid Diego Armando Maradona, que regresará al Santiago Bernabéu para ver desde el palco el Real Madrid-Nápoles, un duelo marcado por el pasado del astro argentino, que rememorará su paso por el club italiano en un campo de fútbol que pisó cuatro veces y casi siempre perdió.
Maradona mantiene una buena relación con el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, que recibirá con los brazos abiertos a uno de los mejores jugadores de fútbol de la historia. Aunque en esta ocasión la visita de Maradona al Bernabéu es amistosa y lo hará como aficionado del club rival, otras veces lo hizo como enemigo en las filas del Sevilla, del Barcelona y del Nápoles.
Invitado por el presidente del conjunto italiano, Aurelio De Laurentiis, Maradona aceptó el ofrecimiento del club napolitano y verá en directo un partido que muchos en Nápoles esperan en ansiedad. Además, después de completar su viaje desde Buenos Aires, se alojará en el mismo hotel que los jugadores del Nápoles para apoyar de forma directa al club en el que más éxitos cosechó.
En el equipo italiano ganó dos «scudetti» (Ligas), una Copa de la UEFA (el primer trofeo internacional del club), una Copa y una Supercopa entre la temporada 1984/85 y la 1990/1991. Esos cinco trofeos superan los tres que consiguió en el Barcelona (una Copa del Rey, una Copa de la Liga y una Supercopa de España). En Boca Juniors, consiguió un Metropolitano en 1981.
Además, su paso por Nápoles hizo elevar al club a lo más alto de la cima, devolver el orgullo al pobre Sur sobre el todopoderoso Norte -algo muy sentido en Italia-. También «El Pelusa» fue elevado a los altares en la ciudad, donde aún hoy en día se puede ver su figura en calles céntricas muy significativas ocupando lugares que antaño se reservaban para poner los santos o las vírgenes.
Por eso, el Nápoles es sin duda uno de los clubes que más ha querido siempre. Y, Maradona, ha decidido no faltar a la importante cita de su equipo en el Santiago Bernabéu. Sin embargo, en su etapa como jugador, sólo tuvo la suerte de ganar en una de las cinco ocasiones que jugó en el Bernabéu.
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Fue en su primera visita, en la decimotercera jornada de la temporada 1982/1983. En aquella ocasión, el Barcelona ganó 0-2 con un equipo en el que jugaban Lobo Carrasco, Víctor Muñoz, Bernd Schuster, Migueli, Alexanco y Quini, entre otros. El mismo Quini, y Esteban Vigo, se encargaron de derrotar con sus goles al cuadro de Agustín, Juanito, Camacho, Stielike, Galllego y Santillana.
El resto de visitas al Bernabéu de Maradona se tradujeron en derrotas. Un año después de su única victoria, Maradona volvió a visitar el Bernabéu y perdió 2-1. Aunque marcó el único gol de su equipo y el único que ha conseguido en el feudo madridista, no sirvió para nada. Juanito y Santillana marcaron para que Maradona volviera a Barcelona con una derrota bajo el brazo.
En la Liga española, aún tendría que perder otro partido en el Bernabéu. Volvió a ser derrotado casi una década después, en 1993, cuando jugaba en el Sevilla y fue goleado de manera contundente. Perdió 5-0 con sus compañeros, entre los que estaban Davor Suker y Diego Simeone. Fue su derrota más amplia.
Pero, la más dolorosa, tal vez la vivió en el único partido que jugó con el Nápoles. Fue en 1987, en la primera ronda de la Copa de Europa y el partido se disputó a puerta cerrada, sin público por una sanción de la UEFA que obligó al Real Madrid a cerrar su estadio.
El Real Madrid ganó 2-0 con goles de Míchel y Tendillo. Maradona no tuvo su día y fue frenado por Chendo, que incluso se permitió el lujo de hacer un túnel de manual al mejor jugador del Nápoles. Después, en el choque de vuelta, ambos equipos empataron 1-1 y el Real Madrid pasó a octavos de final.
Ahora, dos décadas después de aquella decepción, Maradona volverá a ver a su antiguo equipo jugar en el estadio Santiago Bernabéu. Desde el palco, intentará dar esa suerte que casi nunca tuvo cuando se puso las botas de fútbol e intentó ganar al Real Madrid, un club que, salvó en una contada excepción, siempre derrotó a Maradona en su estadio.
Junto a él, también animando a «su Napoli» estará todo un premio «Oscar»: el director de cine Paolo Sorrentino, ganador en el 2014 de la famosa estatuilla como Mejor Película extranjera por «La grande bellezza» (La gran belleza). Y es que De Laurentiis es el mayor productor cinematográfico europeo.
EFE/ Juan José Lahuerta