SIDNEY.- La odisea de Novak Djokovic ha llegado a su fin… O no, después del último giro inesperado de los acontecimientos. El número uno anunció el martes en sus redes que tenía una exención médica para poder jugar en el Open de Australia. El tenista serbio nunca ha hecho público si está vacunado o no contra el covid, pero en ocasiones ha mostrado su oposición y sus dudas sobre esta forma de inmunizarse y para entrar al país es obligatorio tener la pauta completa.
Parecía que había ganado la pelea legal y que se salía con la suya, que era un privilegiado por ser quien es. Pero en la frontera le dieron el alto ahí y comenzó una historia rocambolesca: después de nueve horas retenido, le cancelaron el visado, no le dejaron entrar al país y tendrá que volver a Serbia.
Ha anunciado que sus abogados recurrirán esa decisión, que se convirtió casi en una cuestión de Estado, con la intervención del Ministro de Asuntos Exteriores serbio.
El avión de Nole aterrizó sobre las 23:30 del miércoles pero la prensa local informaba de que uno de los ayudantes del tenista había solicitado una subclase de visado que no se aplica a las personas con exención de la vacuna covid. Ese era el primer problema, pero según fue avanzando la noche australiana se supo que también había dudas sobre los motivos de la exención médica al jugador.
Había unas excepciones para poder entrar en el país oceánico sin estar vacunado, pero ninguna parecía encajar con el deportista: haber tenido el coronavirus recientemente, tener alergia a la vacuna o haber tenido reacción grave a la primera dosis, problemas cardíacos…
Según el medio «The Age», que cita a fuentes gubernamentales, el mejor tenista del planeta había aducido que pasó el covid en los últimos seis meses como motivo para pedir la exención (ya lo sufrió antes, en abril de 2020, después del polémico torneo Adria Tour, que terminó en un brote que afectó a varios jugadores), pero no ha colado en la frontera. Después de horas de interrogatorios y preguntas, de estar toda la noche en el aeropuerto dando explicaciones, sus pruebas no convencieron a las autoridades y lo mandaron para casa.
La noticia de haber permitido a Djokovic disputar el Open de Australia sin la vacuna había dado la vuelta al mundo y ha estado llena de polémica al considerarse que se había dado privilegios al serbio, mientras otros tenistas con vacunas no autorizadas en el país de los canguros (como la rusa) o incluso ciudadanos de todo tipo, se han tenido que conformar sin ir o volver a Australia o sin acudir a un funeral por las estrictas medidas.
El primer ministro, Scott Morrison, lo había avisado: «Esperamos su presentación y las pruebas que nos brinde para respaldar su exención médica. Si esa evidencia es insuficiente, entonces no será tratado de manera diferente a nadie más y será mandado en un avión de vuelta a casa», afirmó Morrison.
Con agencias noticiosas