WASHINGTON.- El especial vínculo que existe entre el hombre y su mejor amigo, el perro, radica en un proceso hormonal que se activa cuando se miran y es similar al que se da entre una madre y su hijo, según un estudio que publica hoy la revista Science.
Un equipo de investigación, liderado por Miho Nagasawa, de la universidad japonesa Azabu, ha comprobado cómo la mirada entre el perro y su dueño dispara en ambos los niveles de oxitocina en el cerebro, una hormona relacionada con los patrones sexuales y la conducta paternal y maternal.
La oxitocina actúa también como neurotransmisor en el cerebro y se considera que tiene un papel importante en el reconocimiento y establecimiento de vínculos sociales, así como en la formación de relaciones de confianza entre las personas.
Para realizar esta investigación, los científicos pusieron en una habitación a varios perros con sus dueños y documentaron cada interacción entre ellos durante 30 minutos.
Después, midieron los niveles de oxitocina tanto en la orina de los perros como en la de sus dueños y descubrieron que el contacto visual sostenido entre ellos elevó los niveles de la hormona en los cerebros de ambos.
En un segundo experimento, los investigadores rociaron oxitocina en los hocicos de algunos perros y los colocaron en una habitación con sus dueños y algunos desconocidos.
Los animales respondieron incrementando el tiempo que miraban a sus dueños y, después de media hora, los niveles de oxitocina crecieron en los dueños de los perros tratados.
Como los lobos no tienen esta misma respuesta, incluso cuando han sido criados por humanos, los investigadores sugieren en su estudio que este mecanismo de conexión entre el hombre y el perro se forjó en el curso de la domesticación de estos animales.
«El mismo mecanismo de conexión, basado en el aumento de la oxitocina al mirarse, que fortalece los lazos emocionales entre las madres y sus hijos, ayuda a regular también el vínculo entre los perros y sus dueños», concluye la investigación. EFE
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