QUITO (Ecuador).- La Cancillería ecuatoriana presentó este martes el protocolo interno que prevé la eliminación de toda posible forma de acoso u hostigamiento laboral con connotación sexual, y que está basado en instrumentos similares aplicados en diferentes países y en el sistema de las Naciones Unidas (ONU).
Así lo aseguró el ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, José Valencia (foto), al presentar el informe en una ceremonia en la que también participó Viviana Aído representante de ONU Mujeres.
«Se han tomado como referencia, instrumentos similares aplicados en las ONU, en el gobierno federal de los Estados Unidos y en las cancillerías de países como España, Perú, México y Suecia«, aseguró el titular de la diplomacia ecuatoriana.
En la presentación, que tuvo lugar en la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana en Quito, Valencia explicó que este protocolo busca tomar medidas que tracen el marco legal que busca prevenir y eliminar la violencia de género en el ámbito laboral.
Además, aseguró que busca cumplir el artículo 70 de la Constitución ecuatoriana que promueve la igualdad entre hombres y mujeres, así como que incorpore enfoque de género y brinde asistencia técnica para la aplicación del mismo en el sector público.
El titular de Exteriores recordó que el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, calificó a la violencia de género como una «pandemia mundial».
Y anotó que las cifras en Ecuador son «alarmantes» porque seis de cada diez mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia de género en el país.
Es decir, «más de 3 millones de ecuatorianas, que representan casi el 15 por ciento de la población ecuatoriana» detalló el canciller.
Por otro lado hizo énfasis en que con este protocolo, la Cancillería se convierte en «la institución del Poder Ejecutivo pionera en trazar la cancha y establecer los mecanismos para combatir una de las modalidades más severas y cotidianas de violencia contra la mujer».
De su lado, la representante de ONU Mujeres señaló que este protocolo es parte de un «proceso de reconocimiento» a la problemática en torno a la situación diferenciada entre mujeres y hombres.
«Sabemos que la violencia y el acoso son inaceptables e incompatibles con el trabajo decente» y representan una «barrera para la autonomía de las mujeres en todos escenarios y momentos de su vida», agregó Aído.
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