QUITO (Ecuador).- El estado de excepción decretado en las provincias ecuatorianas de Guayas, Esmeraldas y Santo Domingo de los Tsáchilas el pasado 1 de noviembre para frenar la ola de inseguridad, culminó hoy con resultados positivos para el Gobierno.
Si bien el Ejecutivo asegura que las muertes violentas se redujeron en semanas recientes, el balance general del año terminará con más de cuatro mil 300 homicidios en el país, la mayor cifra de las últimas décadas.
En un balance tras los 45 días de aplicación de la medida, las autoridades indicaron que gracias a eso pudieron realizar más operativos y allanamientos para atrapar individuos vinculados a organizaciones criminales.
El ministro del Interior, Juan Zapata, informó en rueda de prensa que en ese periodo capturaron a 144 sujetos relevantes dentro de las bandas asociadas al narcotráfico.
La medida excepcional permitió incautar 16 toneladas de drogas, desarticular 80 badanas delincuenciales, decomisar mil 200 armas de fuego y mil 600 armas blancas, al tiempo que logró disminuir un ocho por ciento las muertes violentas en esos territorios, precisó Zapata. El titular aseguró que a partir de ahora van a trabajar de forma articulada en siete provincias donde se concentra el 86 por ciento de los asesinatos.
Esta es la quinta vez que el actual mandatario Guillermo Lasso decreta estado de excepción para enfrentar la inseguridad en menos de dos años de mandato.
En opinión de expertos esa medida por sí sola no resuelve la raíz de los problemas y es efectiva si es acompañada de políticas públicas integrales e inversiones sociales, algo que ha disminuido en los últimos tiempos.
El presidente llevó a la Asamblea Nacional (Parlamento) una propuesta de enmienda constitucional que permita a las Fuerzas Armadas cooperar con la policía de forma permanente frente al crimen organizado sin necesidad de declarar estado de excepción.
Fuente y foto Prensa Latina
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