WASHINGTON.- El enviado especial de EEUU para Centroamérica , Todd Robinson, aseguró que su país no descarta la opción militar ante la crisis de Nicaragua aunque espera que la situación se resuelva «mediante la acción política, económica y diplomática».
El también asesor principal para América Central de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado de los EEUU se reunió este lunes con funcionarios del Gobierno español, entre los que mencionó al director de Asuntos Económicos de La Moncloa, Manuel de la Rocha-Vázquez, como parte de sus contactos con los aliados europeos para analizar el conflicto interno en Nicaragua.
Igual que hiciera la pasada semana en Bruselas, el representante del Departamento de Estado insistió en que EEUU apoya el diálogo en Nicaragua; en que continuará las sanciones contra el régimen de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y en que Washington pide «elecciones prontas, libres y justas».
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Robinson afirmó que Washington trabaja junto a varios países occidentales, europeos y asiáticos para «defender los derechos humanos como único camino aceptable hacia la democracia y el desarrollo económico sostenible» frente al autoritarismo que vive el país desde hace doce años.
Consideró que, «sin embargo, el régimen de Ortega continúa optando por la represión y la violencia sobre los derechos humanos y las aspiraciones democráticas del pueblo nicaragüense».
De momento, Estados Unidos continúa aplicando y defendiendo una política de sanciones, de retirada de visados a dirigentes de Nicaragua y de restricción a las inversiones en el país por parte de las instituciones financieras internacionales.
El enviado especial de Washington acusó a Ortega de «plantear este conflicto como una clásica lucha ideológica entre Nicaragua y Estados Unidos. No es el caso. El conflicto de Daniel Ortega es con su pueblo y con los deseos de éste de vivir en democracia y en libertad».
EEUU, dijo, exige «la libertad de todos los presos políticos», que Robinson cifró entre 800 y 1.000, al tiempo que desewstimó la reciente liberación de un centenar de ellos en la medida en que la inmensa mayoría «continúa bajo arresto domiciliario».
Preguntado en dos ocasiones sobre si, como en Venezuela, todas las opciones están sobre la mesa, incluida la militar, Robinson insistió en que EEUU está centrado en las vías políticas, económicas y diplomáticas pero «no puede descartar otras opciones».