WASHINGTON.- El vicepresidente de EEUU, Joseph Biden, tiene sus dudas sobre si está preparado emocionalmente para presentar su candidatura y luchar por la nominación demócrata para las elecciones presidenciales del 2016, después de la muerte en mayo pasado de su hijo mayor por un tumor cerebral.
En una entrevista con Stephen Colbert en el popular programa de la cadena televisiva CBS «The Late Show» a última hora del jueves, y en un tono más emocional de lo habitual, Biden dudó sobre si está listo para dar el «110 por ciento» en la contienda presidencial, en la que tendría que verse las caras con la favorita, Hillary Clinton.
«Creo que ningún hombre o mujer debe de postularse a la Presidencia, a menos que: número uno, sepa exactamente por qué quiere ser presidente y, número dos, sepa mirar a la gente y decir: ‘Te lo prometo, tienes todo mi corazón, toda mi alma, mi energía y mi pasión para hacer esto'», subrayó el vicepresidente.
«Estaría mintiendo si dijera que sé que estoy ahí», añadió Biden, que ya protagonizó dos intentos frustrados por la Casa Blanca en 1988 y 2008.
La prensa de EEUU lleva meses especulando con una posible candidatura del vicepresidente, unos rumores que se han acentuado en las últimas semanas, y que de confirmarse animarían las primarias demócratas, en las que Clinton parte como favorita a pesar del ascenso del senador independiente por Vermont Bernie Sanders.
Aún sin haber presentado su candidatura, las encuestas sitúan a Biden como un contendiente que podría poner en apuros a Clinton, acosada por el escándalo y las investigaciones derivadas del uso de su correo electrónico personal para comunicaciones oficiales cuando ejercía de secretaria de Estado.
En otra entrevista a principios de septiembre, Biden ya avisó de que el factor más relevante a la hora de decidir sobre su candidatura será el estado emocional de su familia.
Los Biden atraviesan un momento difícil tras la muerte a finales de mayo por un tumor cerebral de Beau Biden, hijo mayor del vicepresidente, fiscal general del estado de Delaware durante dos mandatos y que, en el momento de su muerte, con 46 años estaba casado y tenía dos hijos.
La muerte de su hijo, una de las personas que más le animaba a competir por la Casa Blanca, hizo a Biden empezar a analizar más en serio una posible candidatura con la que llevaba meses coqueteando, pero sobre la que sigue teniendo serias dudas.