CALIFORNIA.– Un incendio voraz cerca del Parque Nacional Yosemite que ya cobró la vida de un bombero sigue ardiendo sin control y amenaza casas, después de haber consumido miles de acres, y solo estaba controlado en un 6 por ciento.
El incendio denominado Ferguson, se reportó inicialmente el viernes 13 de julio y, ayudado por altas temperaturas y tormentas eléctricas, se ha expandido dramáticamente, con lo que hasta este domingo había arrasado 30,493 acres.
Los bomberos temen que sobrepase los daños del incendio Detwiler del año pasado que ardió por cinco meses.
El siniestro ya causó el deceso del bombero Braden Varney, de 36 años, quien trabajaba operando equipos pesados cuando perdió control y cayó en el fondo de un cañón.
Varney había servido en el Departamento de Protección Forestal en la unidad de Madera-Mariposa-Merced por más de una década. Deja a una esposa y dos hijos de 3 y 5 años.
Varias áreas del condado de Mariposa han sido evacuadas por precaución, debido a que las llamas amenazan más de 100 viviendas. La autopista 140 que llega al Parque Nacional Yosemite también ha sido cerrada en diferentes puntos por cuestiones de seguridad.
Siniestros como el Ferguson y otros a menudo solo se detectan una vez se ve el humo en el horizonte ya que no existe tecnología que alerte a los bomberos en las fases iniciales de fuego.
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La existente , sensores de calor colocados en diferentes zonas de peligro a menudo dan resultados equivocados debido a las altas temperaturas en California y el sureste de Estados Unidos. Los bomberos forestales siguen dependiendo de personas con binoculares en torres de vigilancia en medio de bosques para avistar humo y reportar incendios. (ECHA- Agencias)