WASHINGTON.- Científicos estadounidenses descubrieron más de un centenar de genes «zombies» que funcionan hasta 4 días después de la muerte, tratando de revivir el cadáver, lo que permitiría desarrollar nuevas técnicas de reanimación.
Desde el punto de vista clínico, cuando una persona fallece, se apagan las funciones biológicas de su organismo y todas las señales externas, como la conciencia, el pulso y la respiración, se extinguen.
Sin embargo, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Washington, en Seattle, reveló que hay genes que permanecen despiertos días después de haber cesado las vibraciones corporales en lo que parece el argumento de una película de terror que podría servir para desplazar unos metros la frontera que separa la vida de la muerte.
La función de esta combinación de genes, como señalan los autores del trabajo en la revista Science, es «reanimar al organismo, proteger a las células y estimular la reacción inmune para suprimir los procesos estresantes que suceden tras los primeros síntomas de la muerte».
Lo que implica que existe una reserva de energía corporal y una función celular suficiente para que se activen ciertos genes post mortem.
Este hallazgo fue estimulado por una investigación anterior del departamento de medicina forense de la Universidad de Granada, que identificó los genes de cadáveres humanos que todavía estaban activos más de 12 horas después de la muerte.
Este disparador sirvió para que el microbiólogo Peter Noble y sus colegas Alexander E. Pozhitkov, Tomislav Domazet-Loso y Brian Leroux, confeccionaran un estudio que ofrece evidencia de que existen unos 1.000 genes que están activos incluso días después de que se produce la defunción.
Al observar los procesos en las animales, hallaron que la actividad de los genes y proteínas se aceleraban después de que absolutamente todos los procesos vitales se habían detenido.
Los investigadores determinaron que en las células de los músculos de esos animales existen decenas y hasta centenares de genes que se activan varias horas después de la muerte y su actividad se mantenía en un nivel muy alto por hasta cuatro días más.
Los genes zombies
Y si bien estos genes zombies, como se los describe en la jerga médica, no tiene la capacidad de revertir los procesos de la muerte, este avance permitirá ajustar la medición de actividad genética en las muestras post mortem, para en un futuro, extender el punto de retorno con técnicas de reanimación corporal aún desconocidas.
Lo que más desconcertó al equipo fue descubrir que entre estos genes zombies también bullían los genes encargados del desarrollo prenatal que, hasta donde se conocía, sólo operan durante la etapa embrionaria para ayudar en el desarrollo del feto.
La probable explicación puede estar en que el estado de un cuerpo que acaba de morir tiene similitudes a los que están en etapa embrionaria.»Es asombroso que los genes del desarrollo se activen después de la muerte», remarcó Noble.
Otra manifestación que llamó la atención a los expertos fue observar cómo también los genes que promueven el desarrollo de varios tipos de cáncer se vuelven más activos en el momento de la muerte.
Según Noble, esto podría servir para entender por qué en algunos casos el trasplante de órganos de personas recientemente fallecidas puede conducir al desarrollo de tumores. (ECHA- Agencias)