WASHINGTON.- El candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, dibujó hoy las medidas que tomaría en sus primeros 100 días de Gobierno, entre las que incluyó prohibir la inmigración desde regiones propensas al terrorismo, construir el muro con México y renegociar acuerdos comerciales internacionales.
Trump afirmó que su «ley para poner fin a la inmigración ilegal» aportaría los fondos para financiar el muro «con el completo entendimiento» de que México «reembolsará» a Estados Unidos.
Asimismo, el magnate neoyorquino subrayó que «cancelará miles de millones en pagos a los programas de cambio climático de Naciones Unidas» y los utilizará para financiar proyectos domésticos.
Y repitió recetas ya anunciadas previamente, como su intención de «retirar» a EEUU del Tratado Comercial Transpacífico (TPP) y «renegociar» el Tratado de Libre Comercio de Norte América (TLCAN), para devolver «buenos puestos (empleos)» a los trabajadores estadounidenses.
O su controvertida propuesta de prohibir «la inmigración desde regiones propensas al terrorismo», aunque eludió ofrecer detalles de cómo aplicará esta iniciativa.
Trump escogió uno de los lugares con mayor carga simbólica de EEUU para planear los primeros 100 días de su hipotética Presidencia: Gettysburg, en el estado de Pensilvania, donde en 1863 el entonces presidente Abraham Lincoln ofreció uno de sus discursos más reconocidos en plena Guerra Civil.
No dejó pasar la oportunidad de lanzar dardos contra su rival, la demócrata Hillary Clinton, a quien acusó de ser la candidata del sistema.
«No está compitiendo contra mí, está compitiendo contra el cambio y contra todos los ciudadanos estadounidenses», indicó Trump.
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A apenas 17 días de las elecciones del 8 de noviembre, el republicano, que se encuentra por debajo en las encuestas tras una serie de acusaciones de abuso sexual y declaraciones denigrantes sobre las mujeres, busca recuperar algo del terreno perdido con una apretada agenda que incluye hasta tres eventos diarios.
Tras el acto en Pensilvania, Trump tiene previsto un mitin en Virginia Beach (Virginia) esta tarde y otro Cleveland (Ohio) por la noche.
Los tres estados son considerados clave para lograr el triunfo en los comicios presidenciales, en los que se decidirá al sucesor del actual presidente, el demócrata Barack Obama, tras ocho años en la Casa Blanca.
Por su parte, Clinton también cuenta con un dos eventos programados esta tarde en Pensilvania, Pittsburgh y Filadelfia, en los que estará acompañada por su compañero de fórmula y candidato a la Vicepresidencia Tim Kaine.
Según las últimas encuestas, Clinton cuenta con una sólida ventaja de 6 puntos porcentuales en Pensilvania sobre Trump.
Ambos candidatos se encuentran ya en la recta final de la campaña electoral, que ha estado marcada por escándalos y propuestas polémicas sin precedentes en la historia reciente del país.
Esta semana, durante el tercer y último debate presidencial televisado entre Clinton y Trump, el aspirante republicano sorprendió al evitar confirmar si acataría el resultado en las urnas, e insistió en que las elecciones están «amañadas».
Un día después, en un evento en Ohio, el magnate neoyorquino no dio signos de dar marcha atrás en sus dudas sobre fraude electoral.
«Aceptaré totalmente los resultados de estas grandes e históricas elecciones… si gano», remarcó en tono desafiante.
Estas palabras generaron indignados comentarios incluso entre destacados miembros del partido republicano, como el senador por Arizona y ex candidato presidencial en el 2008 John McCain.
Admitir el resultado «es un acto de respeto hacia la voluntad del pueblo estadounidense», sostuvo McCain en un comunicado,
«No me gustó el resultado de las elecciones del 2008. Pero tenía el deber de reconocerlo, y lo hice sin reticencias», zanjó McCain, quien ha retirado su apoyo al actual aspirante republicano.