TEXAS.- Después de exigir durante meses a los tribunales acelerar su ejecución, el hispano Daniel López logró su macabro objetivo al ser declarado muerto a las 6:31 de la tarde (10:31 GMT), luego de que se le aplicara una inyección letal en la prisión de Huntsville.
Los abogados de Daniel López batallaron hasta el último momento que se le conmutase la pena capital aduciendo que el reo se encontraba enfermo mentalmente y usaba su condena para intentar suicidarse.
El equipo defensor llevó este mismo miércoles su lucha a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos para que la ejecución fuera postergada, pero finalmente sus esfuerzos no tuvieron efecto.
El joven de 27 años era considerado técnicamente un voluntario de la pena de muerte, como se conoce a los condenados a los que un tribunal concede su petición formal de renunciar a futuras apelaciones.
Ante su insistencia, esa concesión le fue otorgada por un tribunal federal.
Tras ser condenado a muerte en 2010, Daniel López solicitó en reiteradas ocasiones que se acelerara su proceso de ejecución, que en ocasiones puede prolongarse durante décadas.
«No le veo el punto a esperar 20 años a que finalmente decidan ejecutarme», señaló en una entrevista reciente.
Daniel López fue condenado por la muerte en 2009 del policía Stuart Alexander, de 47 años, un agente con dos décadas de experiencia.
La muerte del agente ocurrió tras una persecución policial que comenzó luego de que otro agente intentara detener a Daniel López cuando éste se saltó con su vehículo una señal de parada en un barrio de la ciudad de Corpus Christi.
Tras una reyerta con el agente, el joven hispano se dio a la fuga a alta velocidad y llegó a un punto en la carretera en el que Stuart Alexander acababa de colocar dispositivos para pinchar llantas con el fin de detenerlo.
Daniel López aseguró que intentó esquivar los dispositivos y atropelló al agente. (ECHA- Agencias)