MIAMI.-El estado de Florida ejecutó este jueves al supremacista blanco, Mark Asay, de 53 años, asesino de un afroamericano y un homosexual, con un medicamento nunca antes utilizado en una inyección letal.
Después de 18 meses de suspenderse las ejecuciones, esta vez se utilizó una inyección letal que incluyó por primera vez el sedante etomidate en el compuesto de tres fármacos, en reemplazo del polémico midazolam.
El supremacista blanco fue ejecutado por la muerte del afroamericano Robert Lee Booker y el homosexual Robert McDowell en el centro de Jacksonville (norte de Florida), en 1987.
Asay mató a Booker tras proferir arengas de corte racial y a McDowell, quien en el momento de su asesinato estaba vestido como mujer, tras ofrecerle pagarle dinero a cambio de sexo oral.
Con el deceso de Asay, que representa en Florida el número 93 desde que en EEUU se reinstauró la pena de muerte hace más de cuatro décadas, culmina además un paréntesis de 19 meses en este estado en el que las ejecuciones quedaron suspendidas tras un fallo de la Corte Suprema.
Poco después de la ejecución de Oscar Ray Bolin, el 7 de enero de 2016, el máximo tribunal determinó que la pena de muerte en este estado era inconstitucional, porque daba mucho poder a los jueces y no a los jurados.
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Ante ello, el gobernador de Florida, Rick Scott, firmó tiempo después una ley que requería una recomendación unánime del jurado para la aplicación de la pena capital.
El midazolam ha estado en medio de la controversia por su falta de efectividad a la hora de sedar a los reos, en parte por la dificultad de conseguir la cantidad suficiente que asegure la sedación.
Tanto el acceso al midazolam como ahora al etomidate resultan difíciles para las autoridades, dado que las empresas farmacéuticas se oponen al uso de sus productos para la pena de muerte.
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Un portavoz de la compañía Janssen, una división de la gigante farmacéutica Johnson & Johnson y que creó el etomidate, señaló esta semana al diario The Washington Post que su medicamento no fue diseñado para matar prisioneros.
“Janssen descubre y desarrolla innovaciones médicas para salvar y mejorar vidas”, declaró al diario Greg Panico, portavoz de Janssen y quien agregó que la compañía no aprueba el uso de sus medicamentos en inyecciones letales.
Un total de 1,459 personas han sido ejecutadas desde que en Estados Unidos se reinstauró la pena de muerte. (ECHA- Agencias)
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