SAN FRANCISCO.-El departamento de Obras Públicas de esta ciudad anunció que se está probando una nueva pintura que repele la orina en las paredes de las zonas donde la poco cívica actividad es muy popular, siguiendo el ejemplo de la ciudad alemana de Hamburgo.
Mediante este novísimo sistema, en lugar de que los orines se derramen pared abajo, hacia la persona que micciona, alcanzando quizás sus pantalones o sus zapatos, método que se probó con éxito en un barrio de discotecas de Hamburgo, en Alemania.
Precisamente el grupo comunitario IG St Pauli de la mencionada ciudad germana se lanzó a utilizar la pintura Ultra-Every Dry, que crea una barrera de aire en frente de la superficie que «repelerá completamente casi cualquier líquido».
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De esta manera lidiaron con el problema en un barrio visitado por 20 millones de turistas al año y en marzo pasado declararon a BBC Newsbeat que la pintura estaba funcionando y que el problema, finalmente, recibía la atención que merece.
Las autoridades la han probado en nueve paredes hasta ahora, según el SFGate.
En un proyecto de prueba, las autoridades de San Francisco pintaron una decena de paredes en zonas cercanas a bares y en barrios en los que viven muchas personas sin hogar.
En las paredes, señales pintadas en inglés, chino y español, dicen: «Aguanta! Alíviate en un lugar adecuado».
«La idea es que se lo piensen dos veces la próxima vez que vayan a orinar en público», dice Rachel Gordon, portavoz del Departamento de Obra Pública de la ciudad.
La primera ciudad que probó la pintura fue Hamburgo, pero el problema está muy extendido.
«Hemos recibido muchas, muchas llamadas de gente que nos pedía que lo hiciésemos en su callejón o en sus edificios», dijo Rachel Gordon.
Gordon explicó que el coste de pintar las paredes es mucho menor que el de enviar a trabajadores a zonas limpias saturadas de orina.
Los orines en el espacio público son un problema crónico en San Francisco, donde las multas por orinar en la calle pueden alcanzar entre US$50 y US$100.
Un estudio en 2012 determinó que los orines en la calle cuestan a la ciudad más de dos millones de euros al año. (ECHA- Agencias)