WASHINGTON (EEUU).- Candidatos de terceros partidos aparecerán en las boletas en todos los principales estados en disputa, lo que genera hoy un mayor escrutinio sobre cómo podrían influir en el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
A la distancia de 13 días de la cita de los votantes en las urnas, la vicepresidenta Kamala Harris (demócrata) y el expresidente Donald Trump (republicano) están empatados estadísticamente en muchos de estos estados clave, lo que significa que un punto porcentual o dos a favor de otro candidato podrían ser decisivos en la carrera.
En este contexto, la candidata del Partido Verde, Jill Stein, es la que mayor influencia podría desempeñar. En el 2016 se le culpa a ella de haber impedido el ascenso de la demócrata Hillary Clinton a la Casa Blanca, lo cual significó el triunfo del entonces primerizo Trump.
Otros candidatos son el independiente Cornel West y el abanderado del Partido Libertario, Chase Oliver, quienes continúan en la contienda, mientras Robert F. Kennedy Jr., pese a abandonar la campaña y unirse al republicano, seguirá apareciendo en un par de papeletas clave.
Los analistas consideran que Stein lleva la delantera en Arizona entre los votantes musulmanes estadounidenses, pero no se espera que desempeñe un papel importante en Georgia, un estado donde Trump lleva una ventaja de ocho puntos que desconcertó a los demócratas, que veían un éxito a largo plazo en el horizonte después del 2020.
Pero la inclinación azul de Georgia es menos segura en este ciclo. La semana pasada comenzó una oleada de votaciones anticipadas en persona, con más de un millón de votantes emitiendo sus votos, reseñó el diario The Hill. Sin embargo, Stein tendría un rol diferente en lugares como Wisconsin y Michigan, donde acumuló apoyo hace ocho años, incluso Oliver podría tentar a los electores a emitir un voto de protesta.
Se dice que para los curiosos de un tercer partido, Kennedy y Stein son dos nombres que serían poderosos en Michigan, justo donde le quitó suficientes votantes a Clinton impulsando a Trump.
Los demócratas creen que cualquier apoyo a Stein en Michigan le restará valor a Harris, quien está luchando por separado con la población árabe estadounidense del estado.
Desde la etapa de las primarias a principios de año que el presidente Joe Biden encabezaba la carrera empezaron a desertar votantes de ese importante segmento de electores debido a la respuesta de la administración demócrata a la guerra de Israel contra la población palestina en Gaza.
Más de una vez advirtieron que la complicidad con Israel le costaría votos en noviembre. El movimiento ‘Abandon Biden’ se transformó en ‘Abandon Harris’, que apoya a Stein.
Los aliados de Harris afirman que incluso unos pocos miles de votos para la candidata del Partido Verde, que se opone a la guerra, o posiblemente Kennedy, que ha respaldado a Trump, pero cuyo nombre sigue en la boleta, podrían devolver el país a Trump, subrayó el medio de prensa.
El Comité Nacional Demócrata dijo que, en el 2016, Trump ganó el estado de Michigan por 10 mil 704 votos y Stein obtuvo 51 mil 463.
En Nevada, Oliver podría drenar votos; en Carolina del Norte lo haría West y en Wisconsin aparecerán en la papeleta los cuatro mencionados, lo que ofrece posiblemente allí el mayor comodín de los siete estados disputados.
Respecto a Pensilvania se enfocan con fuerza tanto Trump como Harris para evitar la grieta de un tercer partido, porque ahí se deciden 19 votos electorales de los 538 del Colegio Electoral. Harris gastó 500 millones de dólares en anuncios en Pensilvania, de acuerdo con diferentes informes, y aterrizó en 20 ocasiones, incluso junto a la exrepresentante republicana Liz Cheney (Wyoming). Trump causó sensación con una aparición en McDonald’s y también invirtió mucho allí, acotó The Hill.
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Fuente y foto Prensa Latina