La primera visita de Hillary Clinton a California como candidata formal a la presidencia de EE UU en 2016 le ha servido esta semana para comprobar la fortaleza de sus apoyos entre la comunidad.
En tres días en el estado, Clinton visitó San Francisco el miércoles, acudió el jueves a tres eventos de recaudación de fondos para su campaña en Los Ángeles y este viernes tiene previsto participar en más eventos de este tipo en Silicon Valley.
Las citas de Los Ángeles, donde se reencontró con la élite demócrata de Hollywood, le reportaron tres millones de dólares a su campaña en una sola jornada.
California es un estado monocolor en política. El Partido Demócrata tiene la gobernatura, mayoría absoluta en las dos Cámaras, todos los puestos constitucionales del Estado, las alcaldías de Los Ángeles y San Francisco y los dos senadores de Washington.
El dominio demócrata es tan indiscutido que la campaña presidencial apenas se detiene en California: a ninguno de los dos partidos le merece la pena gastar un dólar en ir a pedir el voto a una plaza decidida. Pero el estado más rico y poblado de EE UU es el lugar donde hay que ir a pedir dinero, especialmente para el lado demócrata.
Este viernes, Clinton vuelve a la bahía de San Francisco para pedir apoyo en Silicon Valley. Su campaña ha organizado un evento en casa de John Donahoe, primer ejecutivo de eBay, y su esposa Eileen, ex embajadora de EE UU en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
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