WASHINGTON—En plena Semana Santa, la peruana Gisella Collazo tuvo un momento providencial al encontrar una iglesia “santuario” en Springfield (Massachusetts), pero corre peligro de deportación porque un alcalde demócrata declaró la guerra para sacarla.
Tras una cita con la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE) el pasado 29 de enero, Collazo obtuvo una orden de deportación y debía regresar a Perú el martes pasado pero un día antes, siguiendo consejos de amigos, se refugió junto con sus dos hijos -nacidos en EEUU- en la iglesia protestante “South Congregational United Church”.
En entrevista telefónica con este diario desde la Iglesia, Collazo declaró que el alcalde de Springfield, Domenic J. Sarno, es “cruel” al lanzar amenazas contra la iglesia para lograr su desalojo.
“Yo le pediría que se ponga la mano en el pecho, que se ponga en mi lugar y piense en qué haría si a él lo quisieran separar de sus hijos. Acá no se ha refugiado una persona criminal, yo no he robado nada, he trabajado y he pagado mis impuestos”, dijo Collazo, de 40 años.
“Esto está afectando a mis hijos, a mi esposo, pero yo los consuelo diciéndoles que esto se va a arreglar… terminé acá porque tenía el tiempo en mi contra. Mi esposo está muy pendiente de nosotros pero esto le está afectando su salud”, agregó Collazo, quien luce un grillete electrónico en su tobillo derecho. (ECHA- Agencias)