El gobernador de Ohio (EE.UU.), John Kasich, logró hoy una victoria crucial sobre el multimillonario Donald Trump en las primarias republicanas de su estado, donde el ganador se lleva el total de 66 delegados en juego.
Esta es la primera victoria de Kasich en el proceso de primarias y «caucus» que abrió Iowa el 1 de febrero, pero representa un triunfo vital para su continuidad en la campaña y para evitar que Trump se haga con los 1.237 necesarios para alcanzar la nominación.
Con esta victoria, y tras la retirada de Marco Rubio ante su derrota en Florida, Kasich se queda en la campaña como único candidato con el apoyo del núcleo tradicional del partido.
Prueba de ello es que Mitt Romney, candidato presidencial republicano en 2012, hizo campaña esta semana con él en Ohio, algo que no hizo con ningún otro candidato, tampoco con Rubio.
Kasich mira ahora a estados del noreste como su Pensilvania natal, que reparte 71 delegados, para remontar del último puesto en el recuento en el que se encuentra ahora.
El gobernador tiene 129 delegados, frente a los 370 de Ted Cruz y los 568 de Trump, de los 1.237 necesarios para asegurar la nominación presidencial del partido.
La esperanza del «establishment» republicano no es tanto que Kasich haga algo casi matemáticamente imposible como vencer a Trump sino que su presencia en la campaña contribuya a evitar que el magnate consiga asegurar la nominación antes de la Convención Nacional de julio.
Muchas voces conservadoras apuntan ya a una convención disputada en la que, al no tener nadie la mayoría, los delegados votarían libremente y podría incluso presentarse un candidato que no haya participado en las primarias.
En este tercer supermartes votaron los estados de Carolina del Norte, Misuri, Illinois, Florida y Ohio, con 367 delegados en juego para los republicanos y 691 para los demócratas, de los 1.237 y 2.383 necesarios para asegurar la nominación, respectivamente. EFE