CHICAGO (EEUU).- Activistas y grupos defensores de los inmigrantes reclamaron hoy acciones concretas e inmediatas al presidente de EEUU, Donald Trump, sobre la reforma migratoria que mencionó este martes en su primer discurso ante el Congreso, pues hasta ahora solo ha generado temor con sus medidas ejecutivas.
Jorge Mario Cabrera, de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes de Los Ángeles (Chirla), declaró a Efe que «las acciones hablan más fuerte que las palabras«, y hasta el momento el presidente ha sido «incansable» en su retórica.
En contra, sus únicas acciones, en forma de órdenes ejecutivas y medidas para ampliar y acelerar las deportaciones, levantar el muro fronterizo y el veto a los extranjeros procedentes de varios países musulmanes, han infundido el miedo en las familias inmigrantes.
«Una reforma migratoria no es un juego», advirtió Cabrera, que exigió al presidente que presente lo antes posible su propuesta de regularización de los cerca de 11 millones de indocumentados que se calcula residen en el país.
En opinión de Janet Murguía, presidenta y directora ejecutiva del Consejo Nacional de La Raza (NCLR), Trump «moderó el tono y ahora habla de medidas bipartidistas sobre la inmigración».
Sin embargo, mantiene sus órdenes ejecutivas que tienen un impacto real y erosionan los derechos civiles de los ciudadanos y debería poner fin a la separación de las familias inmigrantes, dijo en un comunicado.
Arturo Vargas, director ejecutivo de la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Nombrados (NALEO, en inglés), reclamó la acción inmediata del presidente y del Congreso para «poner en acción las palabras» de Trump sobre inmigración.
«La gente está cansada de las peleas partidarias y del teatro político, quiere acción y que se reconozcan las contribuciones de los inmigrantes con una reforma migratoria ahora», declaró en un comunicado.
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«El discurso del presidente estuvo vacío, completamente divorciado de la realidad y del daño que ha provocado en las comunidades más vulnerables del país», señaló la Unión de Libertades Civiles (ACLU), en un comunicado en el que prometió mantener la defensa en la corte de cualquier abuso de Trump contra inmigrantes y refugiados.
Por su parte, la activista y defensora de los jóvenes indocumentados que llegaron al país de niños, conocidos como «soñadores», Erika Andiola destacó en un mensaje en Twitter que Trump usó en su discurso de anoche la «falsa narrativa del inmigrante bueno y malo» para dividir a las comunidades.
«Trump continúa etiquetando a los inmigrantes como criminales, una acusación tan falsa como cruel», dijo a su vez Frank Sharry, director ejecutivo de America’s Voice.
Oscar Chacón, de Alianza Américas, reconoció el «cambio significativo de estilo» en el discurso de Trump ante las dos cámaras del Congreso, y su «tono más cortés», pero destacó que en el tema migratorio mantuvo la tesis de que los extranjeros son una amenaza para la sociedad estadounidense.
«Es una tesis errónea. La evidencia científica demuestra que los extranjeros son una bendición para la sociedad estadounidense porque generan riqueza, pagan impuestos y enriquecen el mosaico de culturas», declaró a Efe.
Roger Rocha, presidente nacional de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), dijo que Trump mantuvo en su discurso la misma retórica antiinmigrante de la campaña presidencial, y no fue específico en sus planes migratorios futuros.
«La unidad nacional no se puede lograr con un presidente que rehúsa citar las contribuciones invalorables de los inmigrantes en este país», dijo en un comunicado, donde llamó a «dejar de lado las generalizaciones irresponsables».
Otros grupos, como la Conferencia Nacional Hispana de Liderazgo Cristiano Hispano, unos de los mayores grupos evangélicos latinos de EEUU, llamaron al Congreso a convertir la reforma migratoria en su principal prioridad.