WASHINGTON.- El excanciller uruguayo Luis Almagro tomará posesión hoy de su cargo como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), con los objetivos de renovar el organismo, superar divisiones internas y reingreso de Cuba.
Almagro asumirá sus nuevas funciones en una reunión protocolaria del Consejo Permanente de la organización, en su sede de Washington, ante los embajadores y representantes de los 34 países miembros activos de la institución, todos los del continente salvo Cuba.
Estados Unidos estará representado en la toma de posesión por la secretaria de Estado adjunta para Latinoamérica, Roberta Jacobson, y el consejero del Departamento de Estado, Thomas Shannon.
Almagro releva en el cargo al chileno José Miguel Insulza, que estuvo al frente del organismo durante una década marcada por una profunda división interna que dificultó los consensos, el golpe de Estado en Honduras de 2009, el levantamiento de la suspensión de Cuba ese mismo año, la crisis política en Venezuela y el avance en la política contra las drogas.
El veterano diplomático de izquierdas fue el único candidato que se postuló para relevar a Insulza y recabó el apoyo de todos los países miembros, salvo una abstención.
Se desconoce que país se abstuvo pues la votación fue secreta.
Avalado por su gestión como canciller en el gobierno de José Mujica (2010-2015), Almagro busca renovar una OEA cuestionada por los propios países que la integran y que arrastra un problema crónico de falta de fondos por el retraso en los pagos de las cuotas.
El político uruguayo llega al organismo continental en un momento de profunda división entre sus miembros sobre el papel que debe desempeñar la institución, debilitada y en crisis en un contexto de alianzas regionales en ascenso como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
Almagro llega dispuesto a recoger las peticiones de cambio y liderar la modernización de un organismo que, como dijo durante su campaña, debe «dejar atrás la Guerra Fría» en la que fue creada y funcionar como un ente «del siglo XXI».
La OEA, creada en los albores de la Guerra Fría derivada de la Unión Panamericana y ésta de la Unión Internacional de Repúblicas Americanas, tiene el reto de reivindicar su papel como único organismo que reúne a todo el continente.
Sus defensores argumentan que ninguna de esas alianzas tiene el cuerpo jurídico, la estructura y los programas de la OEA, por lo que no podrán en ningún caso ocupar su lugar.
Almagro tiene por delante cinco años, puesto que ya ha anunciado que no optará a la reelección, para resolver los problemas de credibilidad y finanzas del organismo, una labor que podría redondear si logra convencer a Cuba de que se reintegre como miembro activo. EFE
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