WASHINGTON.- Los tres marines que arriaron en 1961 la bandera de EEUU frente a la embajada en Cuba tras la ruptura de relaciones entre ambos países presenciarán su izado mañana, viernes, en una ceremonia encabezada por el secretario de Estado, John Kerry.
Larry Morris, Mike East y Jim Tracy viajarán a La Habana como parte de la comitiva que acompañará a Kerry en la primera visita de un secretario de Estado a Cuba en décadas, según cuentan en un vídeo difundido por el Departamento de Estado en YouTube.
«Supongo que tenemos un vínculo especial con Cuba. Es un vínculo que no se puede expresar con palabras», afirmó East en el vídeo.
Los tres eran marines a cargo de la seguridad de la embajada en La Habana el 4 de enero de 1961, cuando el suboficial a cargo pidió voluntarios para arriar la bandera por última vez, antes de abandonar Cuba y cerrar la misión diplomática.
Junto a ellos, también volverá a La Habana otro de los testigos del cierre de la embajada estadounidense en 1961, el exdiplomático Wayne Smith, que se ha pasado el último medio siglo abogando por el diálogo entre EEUU y Cuba.
El diálogo, cuyo inicio fue anunciado en diciembre pasado, ya dio como resultado el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre EEUU y Cuba, el 20 de julio pasado.
«Creo que el suboficial a cargo dijo algo acerca de los infantes de Marina más grandes y más feos que puedas encontrar, envíalos aquí», aseguró el sargento mayor de artillería retirado Jim Tracy, de 78 años, en el vídeo, publicado en inglés y en español.
La tarea recayó sobre Tracy, el guardia de mayor rango en la embajada, Morris, un soldado que hoy tiene 75 años, y East, un cabo que llegó a ser sargento de artillería y hoy tiene 76.
«La embajada tiene unas puertas grandes de cristal, y por ellas salimos los tres. Nos detuvimos en los escalones. Afuera había unos 300 cubanos, pero la acera quedó despejada. Nos acercamos a la bandera y no había nadie en la acera. Sabían lo que íbamos a hacer», recordó Tracy.
Morris se emociona al describir el momento en que decidieron doblar la bandera tal como les habían enseñado, y East lo recuerda como un «momento conmovedor».
«Con mi esposa he estado casado 44 años y he hablado con ella de Cuba durante 44 años», aseguró con una sonrisa Morris, que apenas pasó cuatro meses en la isla pero le gustó «mucho más que ningún otro sitio» en el que haya estado.
Según Morris, la bandera estadounidense «está regresando a donde debería estar», frente a la embajada del país en La Habana.
Después del acuerdo bilateral para normalizar las relaciones bilaterales, anunciado en diciembre pasado, Tracy telefoneó a Morris y bromeó con él sobre la posibilidad de volver a Cuba e izar la bandera.
«Y le dije: ‘Jim, pagaría mi propio pasaje si tuviese que hacerlo'», indicó Morris.
East, por su parte, aseguró que ahora que sabe que asistirá a la ceremonia, piensa «cada noche» en el momento en que se alzará de nuevo la bandera, porque eso «significa muchísimo».