WASHINGTON/EEUU.- El intento agónico de los republicanos de derogar la ley de salud del presidente Barack Obama murió este lunes, después que la senadora Susan Collins se sumó a un reducido pero crucial grupo de legisladores republicanos opuestos a ese propósito.
La legisladora moderada dijo en un comunicado que la iniciativa podría acarrear recortes devastadores al programa Medicaid para los pobres y los discapacitados, elevar las primas de los seguros a millones de personas y debilitar las protecciones que la ley de Obama otorga a quienes tienen problemas médicos preexistentes.
Afirmó que el proyecto de ley era profundamente defectuoso a pesar de los cambios de última hora que han introducido los patrocinadores de la iniciativa.
Collins dijo a los reporteros que tomó su decisión pese a recibir una llamada del presidente Donald Trump, quien ha tratado infructuosamente de presionar a sus compañeros de partido para que respalden la medida.
El naufragio de la medida repite la vergonzosa derrota que Trump y la dirigencia del partido sufrieron en julio, cuando el Senado rechazó tres intentos para aprobar un proyecto que revocaría la Ley de Salud Asequible del 2010.
El Partido Republicano ha prometido por años revocar esa ley.
Debido a la estrecha mayoría de los republicanos de 52-48 en el Senado y la sólida oposición de los demócratas, tres votos en contra de los republicanos aniquilarían la propuesta.
Los senadores republicanos John McCain, de Arizona; Rand Paul, de Kentucky, y Ted Cruz, de Texas, habían manifestado su oposición a la medida, aunque colaboradores del legislador texano dijeron que éste pretendía que le hicieran cambios para votar a favor.
El próximo domingo expiran las protecciones contra una maniobra dilatoria demócrata y los republicanos carecen de los votos necesarios para superarla.
Se desconoce si el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, convocará una votación.
Collins anunció su decisión poco después de que la Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo apartidista, dijo que millones de estadunidenses perderían la cobertura médica con la propuesta y calculó en un billón de dólares los recortes que impondría al Medicaid de la fecha al 2026.
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