WASHINGTON.- El presidente de EEUU, Barack Obama, ordenó hoy levantar las sanciones económicas impuestas a Birmania debido a las reformas emprendidas en ese país asiático, lo que culmina el deshielo que inició con esa nación al llegar al poder y que se considera una de las claves de su política exterior.
Mediante una orden ejecutiva, Obama puso fin a una declaración de «emergencia nacional» emitida en 1997 que servía como base a las sanciones económicas a Birmania, después de relajar en los últimos años las restricciones a ese país y restaurar el mes pasado sus beneficios comerciales.
«He determinado que la situación que dio origen a la emergencia nacional (…) ha quedado significativamente alterada por los avances sustanciales de Birmania para promover la democracia», dijo Obama en una carta a los líderes del Congreso.
Esos avances incluyen «las históricas elecciones de noviembre del 2015, en las que el hasta entonces partido de oposición, la Liga Nacional para la Democracia, ganó una mayoría de asientos en el parlamento nacional, y la formación de un Gobierno elegido democráticamente y liderado por civiles».
También destacó «la liberación de muchos prisioneros políticos y un mayor alcance de los derechos humanos y las libertades fundamentales, incluida la libertad de expresión y la de asociación y asamblea pacífica».
Obama inició en 2011 un acercamiento con Birmania después de dos décadas de tensiones y expresó su deseo de avanzar mediante la diplomacia en su reclamo de un mejor trato a los opositores en ese país, gobernado por generales desde 1962 hasta hace cinco años.
Parte de las sanciones impuestas a Birmania durante sus regímenes militares ya se levantaron después de la formación del nuevo Gobierno, el primero democrático desde 1962.
Pero el mandatario se había resistido a levantar las sanciones a los miembros o allegados a la antigua junta militar, en parte debido a que la transición en el país aún no se ha completado y en parte por las preocupaciones sobre el respeto a los derechos humanos.
A mediados de septiembre, Obama recibió en la Casa Blanca a la jefa de facto del Gobierno birmano, la Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi, y anunció que planeaba levantar «pronto» las sanciones a ese país.
El presidente Obama durante su reunión con la líder democrática Aung San Suu Kyi en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
Las sanciones revocadas hoy prohibían las transacciones financieras o exportaciones de cualquier estadounidense o instituciones financieras de este país dirigidas a miembros de la junta militar o compañías militares.
Durante su reunión con Suu Kyi el mes pasado, Obama también anunció que había ordenado que Birmania volviera a disfrutar de los beneficios comerciales del Sistema Generalizado de Preferencias (GSP, por su sigla en inglés), que fueron suspendidos a ese país en 1989, durante el mandato de George Bush padre.
Así, Birmania volverá en noviembre próximo a la lista de países pobres y en desarrollo que se benefician del GSP, que otorga tratamiento preferencial a la importación de ciertos productos y reducciones arancelarias significativas.
Obama reconoció entonces, sin embargo, que el progreso todavía «no es completo» en Birmania, porque está pendiente una reforma constitucional para permitir, entre otras cosas, que Suu Kyi asuma plenamente las facultades de jefa de Estado.
Estados Unidos sigue teniendo, además, preocupaciones sobre la situación de los derechos humanos en Birmania y, en particular, sobre la crisis de la minoría musulmana rohinyá.