NUEVA YORK (EEUU).- La ONG estadounidense PEN America ha denunciado que las cárceles del país son la mayor institución censora de literatura del país, cuyas autoridades usan etiquetas como «sexualidad», «seguridad» y «contrabando» para prohibir miles de publicaciones.
«En la actualidad, las prisiones son los mayores censores de literatura de EEUU, pero la documentación sobre sus políticas y prácticas de censura, su supuesta finalidad y su eficacia sigue siendo escasa», ha asegurado la organización en un informe.
«Las políticas carcelarias que dictan la censura en las prisiones se basan en (…) que los libros son demasiado peligrosos para acceder a ellos», ha sostenido PEN America.
Además, ha informado de que los funcionarios de las cárceles suelen introducir restricciones basándose no solo en el contenido, sino en el vendedor, el embalaje, el tamaño y otras características ajenas a la literatura.
«Los funcionarios y las instituciones tienen autoridad para censurar la literatura por razones de contenido, y ejercen este poder de forma expansiva y con escasa rendición de cuentas. Imponen etiquetas como ‘sexualidad’, ‘seguridad’ y ‘contrabando’ para bloquear todo tipo de materiales educativos, artísticos y ampliamente disponibles en la cultura dominante», ha descrito PEN America.
En ese sentido, se ha quejado de que las solicitudes exitosas de libros censurados son «raras» y se ven obstaculizadas por la misma burocracia que los prohíbe.
«La censura de contenido neutro afecta a toda la literatura, por inocua y utilitaria que sea, incluidos los diccionarios. En conjunto, estas prácticas de censura permanecen en gran medida oscurecidas e incoherentes, lo que hace imposible determinar y transmitir con precisión su vasto alcance», ha manifestado la ONG.
Así, PEN America ha resaltado que permitir la censura es una amenaza a la libertad de pensamiento y de expresión, y que en ningún caso se debe usar como medida de «seguridad» en las cárceles, por lo que ha instado a eliminar estas prácticas y a adoptar un «enfoque maximalista» del acceso a la literatura y a la libertad de lectura independientemente del lugar o la persona.
Fuente Europa Press / foto Twitter