WASHINGTON.- El Pentágono pospuso indefinidamente el plan de suspender el uso de bombas de racimo, las cuales liberan submuniciones explosivas, provocando daños incontrolables en los objetivos y las inmediaciones.
Las fuerzas militares de Estados Unidos las consideran un arma legítima e importante, si bien los detractores aseguran que matan de manera indiscriminada y representan un peligro para los civiles.
Un tratado internacional de 2010 proscribe el uso de bombas de racimo, pero Estados Unidos no lo firmó.
El gobierno del presidente George W. Bush declaró en 2008 que luego del 1 de enero de 2019, Estados Unidos continuaría usando bombas de racimo siempre y cuando cumplan con una norma de desempeño por la que deben estallar en al menos 99% de las veces.
Tal norma es importante porque municiones de racimo sin estallar abandonadas en campos de batalla representan un peligro a largo plazo para los civiles.
Tom Crosson, un vocero del Pentágono, dijo que pese a los esfuerzos por desarrollar municiones de racimo más confiables, y por ende más seguras, las fuerzas militares estadounidenses no han logrado producir bombas con una tasa de fallas de 1% o menos.
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Agregó que se desconoce cuánto tiempo tomaría alcanzar esa norma, y por ello el Pentágono concluyó en una revisión de políticas que llevó meses, que el plazo de 2019 debería ser anulado a fin de permitir a los comandantes autorizar el uso de las armas cuando lo consideren necesario.
La nueva política recibió críticas de inmediato. Mary Wareham, directora de la división de armas por Human Rights Watch, señaló que no existe una razón convincente para el uso de municiones de racimo.
«Estados Unidos afirma que no puede producir municiones de racimo ‘seguras’, por lo que ha decidido seguir usando las ‘inseguras'», declaró.
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«Condenamos esta decisión de revertir el añejo compromiso estadounidense de no usar las municiones de racimo que no logren estallar en más de 1% de las veces, lo que resulta en submuniciones mortales sin detonar».
Su organización dirige la Coalición de Munición de Racimo, una campaña internacional que busca erradicar este tipo de bombas. Por ley, Estados Unidos no puede proveer de municiones de racimo a otros países a menos que cumplan con la norma de desperfecto del 1%. (ECHA- Agencias)