MIAMI/EEUU.- El reo Michael Lambrix, que será ejecutado este jueves en Florida, envió un manuscrito al Tribunal Supremo de EEUU asegurando que mató en defensa propia y pidiendo que no le apliquen la inyección letal.
Lambrix, de 57 años, quien fue condenado a la pena de muerte por el doble asesinato de Clarence Moore y Aleisha Bryant en 1983, respondió a las preguntas de periodistas, un hecho que aunque permitido, es inusual.
El reo aseguró al diario Tampa Bay Times que el jueves no habrá una ejecución, sino «un asesinato a sangre fría».
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Según su versión sobre los hechos por los que fue condenado, ocurridos en su casa rodante en una zona rural del centro de Florida, él mató a Moore en defensa propia después de que éste acabara con la vida de Bryant.
El condenado señaló que el proceso de la pena capital «es más sobre la política de la muerte que la administración de justicia».
El preso envió un manuscrito de 25 páginas al Tribunal Supremo de Estados Unidos para reforzar una última moción de su abogado, William Hennisen.
El procedimiento es uno más de una larga batalla legal, que además enfrentó un limbo legal de más de un año, desde que en enero de 2016 el Tribunal Supremo de EEUU calificó de «inconstitucional» la forma como Florida decidía las penas capitales.
Debido a esa decisión, el estado de Florida tuvo que cambiar ese proceso y ahora la pena se decide por «unanimidad» del jurado, no por mayoría simple.
Florida, junto con Alabama y Delaware, era uno de los pocos estados que no requería un veredicto unánime del jurado para sentenciar a un condenado a la pena de muerte.
Aunque Lambrix fue sentenciado tras dos votaciones del jurado de 8-4 y 10-2, que ahora son inconstitucionales, no será favorecido con la decisión del Tribunal Supremo.
La Corte Suprema de Florida argumentó que fue sentenciado antes del 2002, bajo una política descrita como de «retroactividad parcial».
Lambrix, cuya ejecución estaba inicialmente prevista para el pasado 11 de febrero, será el segundo en enfrentar la pena de muerte después del limbo legal en Florida. El primero fue Mark James Asay, ejecutado en agosto pasado también por asesinato. (ECHA – Agencias)