WASHINGTON.- Los candidatos a las primarias republicanas prometieron hoy dar marcha atrás en la apertura con Cuba si ganan las elecciones presidenciales de 2016 en EE.UU. y criticaron que el gobierno de Barack Obama no invitara a la disidencia a la histórica reapertura de su embajada en La Habana.
«La visita del secretario de Estado, John Kerry, a La Habana es un regalo de cumpleaños para Fidel Castro (que hizo 89 años este jueves). Un símbolo del consentimiento del gobierno de Obama a su legado despiadado», afirmó en un comunicado Jeb Bush, exgobernador de Florida y segundo de su partido en las encuestas.
El hijo y hermano de expresidentes se refirió así al viaje de Kerry a Cuba hoy para izar la bandera estadounidense en la embajada en La Habana, la primera visita de un secretario de Estado de EE.UU. a la isla desde 1945.
Bush consideró que esta «reconciliación» se hace a «expensas de la libertad y la democracia que todos los cubanos merecen», por lo que la presencia de Kerry en la isla es, a su juicio, «especialmente insultante» para la disidencia.
«Que los valientes cubanos cuyo único delito es pedir libertad y democracia estén lejos de la ceremonia de apertura oficial de la embajada de Estados Unidos es otra concesión a los Castro», añadió.
En la misma línea se pronunció otro de los favoritos en las primarias republicanas, el senador por Florida Marco Rubio, hijo de un matrimonio cubano que abandonó la isla antes de la Revolución.
«El presidente Obama ha recompensado al régimen de los Castro por sus tácticas represoras y su persistente y paciente oposición a los intereses estadounidenses», dijo Rubio en un discurso pronunciado en Nueva York, casi en paralelo al izado de la bandera estadounidense en la embajada en La Habana.
El senador acusó a Obama de terminar con una política mantenida durante medio siglo por presidentes de los dos partidos y de permitir que el gobierno de Cuba reciba «legitimidad internacional y un estímulo económico» para continuar con su «represión del pueblo cubano».
Rubio, como Jeb Bush, prometió revocar esta apertura si llega a la Casa Blanca: «o bien continúan reprimiendo a su gente y pierden las relaciones diplomáticas y los beneficios dados por el presidente Obama, o bien llevan a cabo reformas políticas y de derechos humanos significativas y reciben más comercio, inversión y apoyo de EE.UU.», dijo.
Los 17 candidatos a las primarias republicanas coinciden en su oposición frontal a la apertura con Cuba, aunque la mayoría de ellos no ha hecho de este tema una prioridad de su campaña.
Por su parte, los candidatos a las primarias demócratas volvieron hoy a cerrar filas en torno a la política del presidente Obama hacia Cuba y celebraron la histórica reapertura de la embajada en La Habana tras más de medio siglo de enemistad.
«La nueva embajada de Estados Unidos en La Habana nos ayuda a involucrar al pueblo cubano y contribuye a nuestros esfuerzos por un cambio positivo. Buen paso para los pueblos de Estados Unidos y Cuba», escribió la favorita demócrata Hillary Clinton en un mensaje de Twitter el pasado 1 de julio, una posición que hoy reiteró su equipo de campaña.
«Aplaudo al presidente Obama y al secretario de Estado Kerry por avanzar hacia el desarrollo de relaciones diplomáticas normales con Cuba», opinó hoy en la red social el senador por Vermont y candidato a las primarias demócratas Bernie Sanders.
«Día histórico para la embajada de Estados Unidos en Cuba (…) Esperamos una mayor colaboración y cooperación con nuestros vecinos», escribió en Twitter el ex gobernador de Maryland Martin O’Malley.
Desde el Congreso, del que depende el fin del embargo comercial y económico sobre Cuba, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, criticó que Obama haya reanudado las relaciones con Cuba sin exigir a la isla cambios democráticos.
«Una vez más, la fijación del gobierno de Obama por coleccionar titulares dando concesiones a Estados paria no ha provocado cambios reales en el comportamiento (de esos Estados) o mejorado las vidas de los ciudadanos», señaló hoy Boehner en un comunicado.
Por su parte, el senador demócrata Bob Menendez, hijo de inmigrantes cubanos, consideró «vergonzoso» que, a su juicio, Cuba haya logrado que no se invitara a los disidentes a la ceremonia de apertura de la embajada en La Habana.
Kerry ha justificado la división en dos ceremonias (la oficial sin los disidentes y otra posterior cerrada a la prensa con ellos) al definir la primera como un «acto de gobierno a gobierno». EFE
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