MOSCÚ.- La rusa María Butina, condenada por presunto espionaje en EEUU, a 18 meses de cárcel la semana pasada, declaró que estudia la posibilidad de apelar la decisión del tribunal y demandar su liberación, informa la prensa moscovita.
«Estudiamos la posibilidad de enviar una apelación», afirmó Bútina, citada por la agencia TASS, en sus primeras declaraciones a la prensa rusa tras la condena, realizadas vía telefónica.
Tras darse a conocer el veredicto el viernes pasado, la Defensora del Pueblo ruso, Tatiana Moskalkova, expresó su decepción con esa condena y alertó de que el estado de salud de Bútina es «alarmante».
El padre de la presunta agente, Valeri Butin, también mostró su descontento con el dictamen, pero indicó que con su traslado a una prisión federal las condiciones de su reclusión podrían mejorar.
Butin señaló a raíz del veredicto que no tenía esperanza alguna de que la apelación prosperase.
La rusa ya cumplió parte de su condena durante el tiempo que duró la investigación, por lo que podría quedar en libertad entre septiembre y noviembre, y ser deportada a Rusia.
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El pasado 13 de diciembre, Bútina, de 30 años, confesó su culpabilidad de un delito de conspiración contra EEUU y aceptó cooperar con la Justicia.
En su momento, el presidente ruso, Vladímir Putin, negó que Bútina trabajara para Moscú y relacionó la confesión con las amenazas recibidas en prisión.
Según la Fiscalía estadounidense, la presunta espía rusa tejió una red de influyentes contactos en EEUU para beneficiar al Kremlin en una operación que inició en marzo de 2015 y que finalizó en julio de 2018, cuando fue arrestada.
Como parte del acuerdo alcanzado con la fiscalía, Bútina aportó información sobre su expareja, el asesor del Partido Republicano estadounidense Paul Erickson.
Bútina reconoció, además, haber establecido una relación con un estadounidense, para lo que se sirvió de la herramienta de traducción de Google, con el objetivo de presentarle una «propuesta de proyecto» de cara a las elecciones de 2016 en EEUU.
Washington acepta que los ciudadanos estadounidenses y extranjeros trabajen en favor de otro país, siempre y cuando estén debidamente registrados como agentes, algo que Bútina nunca hizo. (ECHA- Agencias)