NEVADA.-Durante su visita en Las Vegas, el presidente de EEUU, Donald Trump, evitó hablar sobre el control de armas sino de centrarse en las víctimas del tiroteo del domingo pasado que dejó 59 muertos y más de 500 heridos.
El mandatario, acompañado de su esposa, Melania Trump, se trasladó hasta el Centro Médico Universitario de Las Vegas, donde pudo conocer a algunos de los heridos tras el concierto de música country al que asistieron unas 22.000 personas.
Dijo que conocerlos le hizo estar «orgulloso de ser americano» y describió lo visto como «absolutamente terrible», además de invitarlos a todos a la Casa Blanca una vez que se recuperen de sus heridas.
«Creo que el único mensaje que puedo decir es que estamos con vosotros un 100%», indicó antes de reunirse con autoridades locales para tratar de conocer de primer mano la evolución de la investigación sobre Paddock.
Sobre el tirador, Trump reiteró que es un «demente» y un «enfermo», expresando su confianza en que se esclarezca el caso pronto.
Sin embargo, no quiso hablar de la posibilidad de restringir el acceso a armas automáticas como las que poseía Paddock en la habitación de su hotel en Las Vegas, el Mandalay Bay, o las que se encontraron posteriormente en su casa de Mesquite, Nevada.
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«Hoy no vamos a hablar sobre eso», afirmó.
En esa misma línea se expresó la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Sanders, explicando que no es el momento para entrar en un debate político sino para honrar a los muertos, pese a las presiones de congresistas en Washington que esperan aprovechar lo sucedido para implementar una política más férrea sobre la compra de armas a nivel nacional.
Durante su campaña hacia la presidencia, Trump se posicionó claramente a favor de la Segunda Enmienda y el derecho a poseer armas de fuego, amigo de la Asociación Nacional del Rifle y sus adeptos. (ECHA- Agencias)